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Judicial
Viajó a Guayaquil para vender una casa, pero fue asesinado y ensacado
El principal sospechoso es un venezolano, a quien la víctima conoció en la provincia de Bolívar y le dio posada en una casa del Puerto Principal.
El anhelo por vender una casa en el bloque 11 de Bastión Popular, del norte de Guayaquil, impulsó a Luis Alberto Rojas Narváez, de 74 años, a viajar desde el cantón Las Naves, provincia de Bolívar, hasta el Puerto Principal, la tarde del pasado martes.
Esa fue la última vez que sus familiares lo vieron con vida, pues al día siguiente fue hallado muerto, envuelto en una sábana, dentro de una funda plástica y un saco, a dos calles del inmueble que pretendía vender.
Esto fue confirmado por los familiares de la víctima al fiscal Víctor González, de la Unidad de Flagrancia, según informó a EXTRA el funcionario.
Los allegados, quienes pidieron reserva de sus nombres, responsabilizaban del hecho a un extranjero a quien Rojas Narváez había dado posada hace aproximadamente un mes, pero no precisaron la motivación.
Los parientes enfatizaron que esperaban justicia y luego se retiraron, pues preferían no dar más declaraciones.
El foráneo mencionado por los familiares fue identificado como Érick Saúl Rangel, de origen venezolano. El jefe de Delitos Contra la Vida (Dinased), mayor Esteban Pesántez, dijo que no había información suficiente del sujeto para conocer hace cuánto tiempo ingresó al Ecuador.
El fiscal González detalló que el sospechoso habría pedido a otra persona que avisara a la víctima que había un comprador para su casa, por la que quería 20 mil dólares.
Sin embargo, el ‘chamo’ habría contado que consiguió negociarla en $ 23 mil, para ganarse la diferencia.
Por la necesidad que Luis Alberto habría tenido por conseguir dinero, se movilizó de inmediato a la urbe porteña, pero la negociación nunca se concretó y eso es lo que ha confundido a los investigadores, comentó González.
Tanto el fiscal como el jefe de Dinased no tenían claro el motivo del crimen, porque ni siquiera hubo un robo.
Sin embargo, el individuo pudo ser vinculado con el asesinato por las evidencias y manchas de sangre halladas en el inmueble y por los videos en los que presuntamente se lo ve mientras carga el cadáver.
Estaba sereno
El mayor Pesántez mencionó que a pesar de la presencia policial y las inspecciones realizadas en la casa, el sujeto no habría demostrado estar nervioso, sino todo lo contrario: se mantuvo siempre sereno.
Lo mismo dijo el fiscal González, quien agregó que incluso en la detención no dio problemas para dejarse esposar y ser trasladado a la Unidad Judicial.
Otra situación que asombró a los agentes fue que a pesar de que el crimen se cometiera en esa casa y que el cadáver fuera abandonado cerca del sitio, el ‘chamo’ no se retiró del lugar, sino que se quedó a pesar del continuo paso de agentes y de la vigilancia que habían montado en la zona.
González señaló que lo que ahora les quedaba era saber el porqué del crimen.
Rojas Narváez fue asesinado a golpes, con un objeto contundente. Incluso, tenía una perforación en el costado derecho del cráneo.
El fiscal Víctor González comentó que, de acuerdo a las investigaciones preliminares, el sospechoso habría buscado una ruta por donde no existieran cámaras de seguridad, pero aún así no se percató de otras que existían alrededor de la escalinata por la que decidió transitar con el cadáver.
Según el operador de justicia, en las grabaciones se observa que el hombre carga el saco como un bulto cualquiera y que, al estar aparentemente cansado, lo pone a un lado para tomar un respiro.
Luego, el implicado continúa, pero realiza un acto que llamó la atención del funcionario.
“Es algo curioso. A eso de las 05:00, cuando ya la gente empieza a salir para trabajar, el sospechoso decide poner el saco en el piso y se le sienta encima, como si nada, con aparente frialdad”, reveló.
Además, contó que se pudo observar que si alguien lo saludaba, él respondía tranquilo, probablemente para llamar la atención. Finalmente, cuando menos personas pasan frente a él, se levanta, agarra el bulto y camina hasta el sitio donde lo abandonó, agregó González.