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En la calle 36 entre Chambers y Francisco Segura se atiende a pacientes y se realizan pruebas para detectar el coronavirus. Agencia (ag-extra)Christian Vinueza / EXTRA

Un barrido contra el virus

Vecinos se unen a la zonificación para evitar la propagación de la pandemia en Guayaquil. Buscan evitar que se repita esa mala experiencia

La muerte en ‘seguidilla’ de 35 vecinos es una escena inolvidable para Byron Cerezo. Los decesos ocurrieron en plena emergencia sanitaria, entre marzo y abril.

Cerezo, quien es dirigente de la 41 y la Q, admite que vivió momentos de impotencia cuando ‘la huesuda’ empezó a llevarse a los moradores, en su mayoría víctima de la pandemia, mientras los contagios subían de manera acelerada.

Eso llevó a que con sus amigos de barriada se comprometieran a cumplir con los protocolos de bioseguridad y colaborar en la identificación de posibles infectados.

Ahora aportan con el plan del Municipio de Guayaquil, que consiste en dividir a la ciudad en 17 sectores, para localizar nuevos casos de COVID-19, con miras de frenar el avance de la pandemia.

La Dirección de Salud del Cabildo efectúa el triaje casa por casa. El coordinado Carlos Farhat explica que la finalidad es identificar a pacientes, proporcionar tratamiento y asistencia durante la cuarentena.

Las primeras zonas intervenidas son: Guasmo Norte - Cooperativa Casitas del Guasmo; Febres Cordero - Sector 9 (que comprende los límites de la calle 25 hacia el estero Salado y de Portete hacia el estero Salado); y Tarqui Popular - cooperativa Voluntad de Dios.

Hasta el fin de semana, 36 cuadros sospechosos se han detectado en Voluntad de Dios, en el noroeste; y 20 en Casitas del Guasmo, al sur.

Los moradores de Oriente entre la 44 y la 45 participan en mingas y fumigaciones.Christian Vinueza / EXTRA

Paralelamente se capacita a líderes barriales que aportarán en la sectorización.

Uno de los equipos que colabora en parar la propagación del mortal virus en el suburbio es la Confraternidad Hermanos Campoverde, que realiza un permanente ‘peinado’ en el cuadrante que comprende la 29, estero Salado, Portete y la Q. Son 484 manzanas.

El dirigente Medardo Campoverde contabilizó en el límite al menos 200 muertos durante la emergencia.

El gremio había colaborado en la entrega de kits de alimentos y medicinas. Se activó en su totalidad luego que Guayaquil cambió de semáforo rojo a amarillo, el 20 de mayo último.

La casa comunal, situada en la 36 entre Chambers y Francisco Segura, acoge a pacientes que acuden por asistencia médica a la clínica móvil municipal, instalada en ese sitio.

Campoverde recordó que durante la crisis sanitaria lidiaron hasta con la psicosis de los moradores. Cita como ejemplo que el temor se apoderó de los vecinos cuando se alojaron pacientes en la casa comunal que iban ser atendidos por un doctor solidario.

El jueves último, moradores de Oriente entre la 44 y la 45 participaron en una minga.

“Por coronavirus murieron 32 vecinos, los que apenas logramos embalar hasta que se los llevaran. Con fumigación y campañas de prevención tratamos de evitar al virus”, dijo el dirigente Víctor Albán.

Sandra Cavezas es dirigente de Sedalana y la 47, donde se reportó la muerte de 47 habitantes. “Esa experiencia nos hizo reflexionar sobre la importancia de la vida, y nos hemos unido para contrarrestar al COVID-19”, manifestó.

Mientras los 1.380 comerciantes del mercado de las calles Gómez Rendón y Abel Castillo efectúan cada semana una minga sanitaria. Ahora apoyan en el control de posibles nuevos infectados.

“El mercado atendió durante la emergencia sanitaria para evitar un desabastecimiento de productos, aunque eso nos pasó factura: murieron 28 compañeros”, señaló el dirigente José Guamán.