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Desde el martes pasado ha habido voluntarios para cocinar almuerzos para los damnificados.Karina Defas

Vecinos solidarios ayudan a levantar La Gasca y La Comuna

Las operaciones de búsqueda y rescate cambiaron de fase y la reconstrucción empezó. Habitantes de otros barrios llegaron para ayudar a levantar los escombros.

El Cuerpo de Bomberos de Quito volvió a pasar los canes especializados para detectar personas vivas o cadáveres, pero al ya no tener indicios, decidió pasar de fase en la que la reconstrucción de los barrios de La Gasca y La Comuna es la prioridad.

Esteban Cárdenas, comandante de la entidad, comentó que también se hizo una búsqueda tecnológica con sensores de cámaras térmicas, así como un rastreo de tres metros de profundidad. "Sin resultados positivos", comentó.

Por ello, las maquinarias entraron de lleno a la zona cero del aluvión, registrado el lunes 31 de eneropara remover escombros y el lodo que dejó siete casas colapsadas y más de 500 personas afectadas. Pero no fue todo, centenas de vecinos acudieron al sitio para ayudar. Con palas y escobas en mano limpiaron las calles y las veredas.

Otros como María Luzmila Chicaiza, llegaron con una olla de colada y un cartón de pan. "Supimos de la situación y nos sumamos", dijo la mujer de 61 años.

Ella se levantó a las cinco de la madrugada para preparar la comida. Se paró en una esquina y empezó a ofrecerla en vasos desechables. Un bocadillo que cayó bien a quienes cargaban vigas, varillas, electrodomésticos inservibles.

Hubo personas que llegaron a regalar comida como María Luzmila Chicaiza.Karina Defas

Las cuadrillas las conformaron principalmente de estudiantes de la Universidad Central y la Politécnica Nacional, así como vecinos de otros barrios como el Tránsito, en el sur de Quito. María Espinoza llegó con 20 de sus vecinos para ayudar con las labores de limpieza. "Estaremos las veces que sean necesarias hasta que vuelvan a salir adelante", comentó.

Todos llegaron 'armados' de palas y botas.Karina Defas

Pero en la casa barrial de La Comuna también hubo manos solidarias. Al menos 20 personas se repartían las actividades en la preparación de al menos 200 almuerzos para repartir entre los damnificados y los ayudantes. Todos estaban bajo la coordinación Carlos Pilaquinga un cocinero que ejerce desde hace 30 años.

Él llegó desde el barrio Osorio, afectado hace un par de años por un aluvión similar, para cocinar con las donaciones recopiladas durante la semana. "Estoy aquí porque cuando nos pasó a nosotros no tuvimos esta ayuda", expresó.

El contingente humano sigue llegando, así como entidades como Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional y Municipio de Quito porque, además, queda pendiente hallar a una última extraviada. Según el coronel Richard Vaca, sus familiares alertaron de su ausencia la tarde del viernes.