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Los brigadistas debieron transitar por más de 3 horas en carro por un camino de tierra, hasta llegar al recinto Nariz del Diablo.Christian Vinueza

¡Vacunas contra el COVID-19 llegaron hasta la Nariz del Diablo!

Brigadas de salud acuden a los sitios más remotos del país. En una zona de Guayas se encontraron con adultos mayores que ya debían estar inoculados.

De ‘adorno’, tres pantalones, cinco camisas y un par de medias colgando en un cordel. Al fondo, el paisaje verde, con plantas de plátano y árboles alrededor.

En medio de ese ambiente natural y con olor a campo, en el recinto Nariz del Diablo, de la parroquia Virgen de Fátima, de la provincia del Guayas, una brigada de vacunación armó el área de atención. Se ubicó debajo de una casa de madera, sobre piso de tierra y con hamacas colgadas de sus pilares.

La casa desentonaba, sin embargo, con la mayoría de viviendas vecinas, todas ya de hormigón y techos de zinc, que en conjunto evocaban la imagen de un barrio suburbano de alguna ciudad o cantón.
Los vecinos esperaban sentados en sillas de plástico su turno, mientras a su alrededor pasaban patos y gallinas con sus familias; o los esperaban echados sus perros.

Tras casi una hora de recorrido, hasta esa zona rural del cantón Yaguachi acudió una de las brigadas de vacunación del Ministerio de Salud Pública (MSP), con el fin de inmunizar a un centenar de adultos.

Lo hicieron después de transitar por un polvoriento camino de tierra, cuyo ancho es para un solo carro y que sigue por más de 35 kilómetros las caprichosas vueltas del río Taura. Esa es la única vía que permite llegar en vehículo hasta Nariz del Diablo.

En un área improvisada, con pantalones y camisas como 'adornos' colgados en la parte de atrás, en un cordel, se atendió a las personas.Cortesía

Hasta esa improvisada área, aún con sus ‘lonas’ sin pasadores y en camiseta bividí, llegó Manuel de los Ángeles Hernández Bazurto, de 78 años. Por su edad ya debía estar vacunado hace rato, pero “como acá en la televisión decían que la vacuna eran hasta los 64 o 65 años, estaba esperando”, dijo a los brigadistas.

Luego de dar sus datos, se sentó en una silla. Las vacunas habían llegado a la Nariz del Diablo y ya no tenía que salir “a Virgen de Fátima o a Taura, porque allá se vota”, en referencia al plan de vacunación que se enlazó con los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre los recintos electorales a usarse.

Como él, Edith Medina Alvarado, quien ha vivido allí sus 61 años, decía sonriendo no saber cuál era el motivo del nombre del recinto. Lo que sí sabe es que siempre ha sido de difícil acceso para los carros y ahora también para el Internet.

Sentada entre los reunidos bajo la casa de madera para recibir la vacuna contra la COVID-19, decía que el proceso que ejecuta el Gobierno les parecía “muy distante” y por ello agradecía que sean ellos quienes hayan llegado hasta allí.

7.557 Dosis se tenía previsto aplicar en la jornada de vacunación del miércoles.

Muchos de los que acudieron a vacunarse debían haber recibido ya la dosis con anticipación, pero tenían desconocimiento o estaban desinformados.Christian Vinueza

En Guayas, exceptuando a Guayaquil, Durán y Samborondón que pertenecen a la Zonal 8, la Zonal 9 cubre la mayoría de los cantones y sus zonas rurales con 28 brigadas móviles.

Para esto es clave contactar a líderes comunitarios, quienes hacen el puente con sus vecinos. Juan Gaona, el presidente del Comité del recinto Nariz del Diablo, señala que hay personas que ya les tocaba vacunarse, pero algunas no van a la ciudad o al cantón para evitar contagiarse.

Gaona reconoce que aún hay personas que se niegan a vacunarse debido a la desinformación y los mitos sobre este tema. “No hay quien los haga cambiar de opinión”, afirma.

El doctor Fulvio Macías, médico de la brigada que acudió al recinto, suma otro motivo: A veces encuentran personas que sufren de patologías que ellos mismos no saben que tienen. Y que saltan a la luz con los chequeos médicos previos que les toman, como el de la presión.

Pero ahora, ya vacunados la mayoría, en Nariz del Diablo le quieren decir chao a la COVID-19.