Exclusivo
Actualidad

Este oso de peluche acompaña a Pamela por más de 40 años. Fue lo que se compró con su primer sueldo, cuando tenía 15 años.Angelo Chamba

¡Última esperanza de vida! Mujer que intentó suicidarse necesita ayuda

La mujer que intentó lanzarse desde un puente, en el sur de Quito, se encuentra recuperándose en su casa. Quiere una segunda oportunidad para vivir.

Pamela abraza su oso de peluche con fuerza, cierra los ojos y eleva una oración para que su situación económica y su salud mental mejoren.

La mujer, de 53 años, no recuerda cómo -la semana pasada- llegó hasta el filo de un puente peatonal, en el sur de Quito, con la intención de quitarse la vida. Lo único que se acuerda es que salió llorando de su casa con rumbo incierto.

Ahora, luego de tres días de haber recibido terapia psicológica en un centro psiquiátrico, ella solo quiere trabajar para recuperar su tranquilidad.

La señora cuenta que su depresión inició el día que se decretó el estado de excepción en el país por la propagación del coronavirus. Aquella ocasión, la mujer y su hijo, Fabricio, prepararon más de 30 platos de seco de pollo para venderlos afuera de la terminal de Quitumbe, pero fueron desalojados por la Policía.

Desde entonces llegó una desgracia tras otra. La dueña de la casa les cortaba los servicios básicos cuando no cancelaban el arriendo a tiempo. Pamela se endeudaba con ‘chulqueros’ para pagar las cuotas, pero no le alcanzaba. Su deuda con la propietaria del inmueble asciende a los 480 dólares.

800 dólares debe la mujer a personas que le han prestado dinero.

Al ver que su madre no podía solventar los gastos, Fabricio utilizó un carrito que le encargó un vecino para vender naranjas y mandarinas por el sector. Vendía 400 frutas al día y recorría más de tres manzanas para completar la tarea.

Sin embargo, un día que el dueño del coche lo vio recorriendo por la avenida Rumichaca esperó a que llegara a su domicilio para quitarle la herramienta de trabajo. Con el tiempo se acumularon nuevamente las deudas, los prestamistas exigían el dinero y Fabricio tuvo que vender su televisor para pagar.

Por si fuera poco, la mañana del 18 de septiembre, Pamela sufrió un asalto violento mientras se dirigía al Mercado Mayorista para comprar un triciclo con un dinero que le prestaron dos de sus amigas. Antes de llegar al centro de abasto, la mujer fue interceptada por dos individuos que le arrancharon el bolso donde llevaba la plata y la arrojaron al suelo. La señora todavía siente dolor en su muñeca por el golpe.

Pamela y Fabricio solo quieren trabajar. Antes tenían un coche que se dañó por el peso de las frutas que vendían.Angelo Chamba

UNA VIDA DIFÍCIL

Pamela nació en Loja y al poco tiempo de nacer fue abandonada por su madre. Recuerda que se crió debajo de los puentes con mendigos hasta los 5 años. Luego fue recogida por sacerdotes de un convento.

Su madre intentó hacerse cargo de ella cuando tenía 8 años, pero le fue peor. “Un día intentó ahogarme en la piedra de lavar y me salvó mi hermana. Luego volví al templo”.

A sus 15 años llegó a Quito. Su primer trabajo fue de mesera en un restaurante. Con el primer sueldo se compró el oso de juguete al que lo apodó ‘peluchín’ y el que la acompaña por más de cuatro décadas.

La mujer tuvo dos hijos aparte de Fabricio, una niña y un varón. Pero ambos fallecieron. El hombre sufrió ataques de epilepsia hasta morir y la mujer murió con un cáncer al estómago.

La mujer no tiene qué comer. Los últimos días se ha alimentado con los víveres que le obsequiaron.Angelo Chamba

UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Luego de ver el video en donde la señora quería suicidarse, varias entidades municipales realizaron un seguimiento del caso.

En estos días le entregarán a la Pamela un coche para que su hijo pueda continuar vendiendo frutas y a ella le ofrecieron un trabajo en Emaseo.

Desde dicha dependencia indicaron que realizan el proceso de selección, en donde ella está incluida. Asimismo, varias personas se contactaron con ella para donarle alimentos y ropa.

 MÁS DATOS

Necesidad

La mujer contó que solía ir a los mercados a pedir caridad durante la pandemia. 

 Carencia

No tienen ni cucharas para comer. Madre e hijo comen en tarrinas de plástico. 

 Enfermedad

La mujer padece de convulsiones y necesita medicamentos para controlarlas. No tiene dinero para comprar las pastillas.

Quienes quieran ayudar en este caso se pueden contactar al teléfono 099 924 8165. Los nombres de los protagonistas fueron cambiados para proteger su identidad.

Este fue el momento cuando policías y agentes de tránsito aconsejaban a la señora para que no se quitara la vida.Cortesía