Pese a que Xavier Jordán, prófugo de la justicia por el caso Metástasis, negara que tuvo alguna relación con el narcotraficante Leandro Norero, quien fue asesinado durante un motín en la cárcel de Latacunga, parece que el espíritu de este último lo estaría persiguiendo.

Un reportaje realizado por EXPRESO desvela que Jordán compró una propiedad costosa en Samborondón, y mediante artimañas jurídicas se la pasó a Norero.

Lo más curioso es que en el traspaso hubo todo un entramado de empresas relacionadas entre sí a través de directores, representantes y accionistas, cuya función fue ocultar la verdadera propiedad del bien.

Sin embargo, un canadiense muerto fue la clave para revelar que Jordán pasó esa casa a Norero. Se trata de William Joseph Gabourie, quien era dueño de la empresa que compró la propiedad en cuestión.

Lo anecdótico es que cuando se realizó el traspaso de acciones fue en julio del 2021 y el extranjero falleció en enero de ese año. EXTRA consultó a expertos en temas espirituales qué implica este tipo de acciones y si tendrían consecuencias en el campo del más allá.

El parapsicólogo Bryan Albán explicó que dentro del mundo del narcotráfico utilizan la ‘narcomagia’ para proteger sus propiedades. “Usan la santería para hechizar las propiedades y lo que está dentro para que otras personas no puedan usarlas”.

Por otro lado, el experto en temas paranormales Michael H., señaló que en toda ‘negociación delictiva’ en la que se utilice a un muerto para lograr sus objetivos, “sus espíritus afectados clamarán venganza”.

El también parapsicólogo añadió que por eso dentro del argot popular se utilizan las frases de: “se les durmió el diablo” o “se le volteó el santo”. Esto se puede entender, según Michael, cuando los socios se les ‘viran’, alguien los traiciona, o, como en este caso, la verdad salta a la luz.

Las consecuencias más graves a las que están expuestos quienes utilizan la identidad de los muertos es que su espíritu regresa al mundo de los vivos para generar perturbaciones mentales o incitaciones para quitarse la vida.

Aunque Norero y Jordán tenían un gran grupo de abogados, contadores, policías, empresarios, jueces, fiscales, políticos, periodistas y hasta hackers, quienes ayudaban a tapar sus artimañas, en cada transacción dejaron pistas y algunos errores que los conectan.

En este caso cuando hubo la cesión de acciones a favor del canadiense este consignó como su correo el siguiente: lnorero@hotmail.es. La dirección consta en la compañía Norerodesign C.A., que tiene como accionistas a Leandro Norero y su hermano Israel Norero. 

Anclados en el mundo por sus deudas

Esther Figueroa, parapsicóloga y médium, explicó que en este caso, tanto el espíritu del canadiense como el de Norero pueden ser un peligro en el mundo de los vivos.

La experta aseguró que, a pesar que una persona, pase al plano astral, deja características materiales como sus restos o sus nombres en el plano físico.

En el caso del extranjero, al utilizar su identidad para cometer transacciones ‘truchas’ no lo dejan completar su transición al mundo de los muertos y su alma todavía permanece en la tierra. Por su parte, en el caso de Norero, Figueroa indicó que, al haber adquirido propiedades en un contexto en el que existe violencia, puede reclamarlas desde ‘el más allá’ de la misma manera. “Quedan anclados en este mundo por sus deudas y sus cosas”.

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