Dos días antes de su asesinato, María Josefina Arcadio Mieles recordó con tristeza los seis meses del crimen de Santiago Arcadio Segura, el penúltimo de sus nueve hijos. Sin embargo, en solo 48 horas, tanto ella como su hijo menor, Isaac Ezequiel, compartieron el mismo trágico destino: ambos fueron asesinados a tiros.

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María Josefina, de 58 años, se encontraba en su vivienda, ubicada en la cooperativa 28 de Agosto, en Durán, cuando dos individuos a bordo de una motocicleta llegaron al lugar. Aprovechando que la puerta de la casa estaba abierta, ingresaron a la casa de una planta y le dispararon.

Herida, María salió para pedir auxilio, pero los plomazos le arrebataron la vida, mientras que el cuerpo de Isaac, de 18 años, quedó dentro de la vivienda, cerca de las camas.

“Aún no nos recuperamos de la muerte de mi hermano Santiago. Él era oficial en un tanquero repartidor de agua y fue asesinado el 3 de abril en la cooperativa La Herradura. Mi madre, el 3 de octubre, evocó su partida y, llorando, nos decía: ‘Recuerdo que ese día me pidió prestado dos dólares, lo extraño mucho’. Nunca imaginamos que a ella le pudiera pasar lo mismo”, expresó uno de sus hijos.

Otra de las hijas de María Josefina y hermana de Isaac comentó que han vivido en ese hogar durante 19 años y que desconoce las razones por las que fueron asesinados.

“A mi mamá, que salió corriendo, se le cayeron los 50 dólares que había cobrado del bono (de desarrollo humano), y hasta eso se lo llevaron. Nosotros no tenemos problemas con nadie, pero sí miedo de que regresen a seguir disparando”, señaló.

Una fuente policial reveló a EXTRA que Isaac, al parecer, era miembro de Los Latin Kings, una de las organizaciones criminales que controlan las actividades ilícitas en Durán, donde, desde el 1 de enero hasta ayer, se han registrado 379 asesinatos.

“Según los moradores, el joven se dedicaba al consumo y expendio de drogas. Los asesinos llegaron en una moto”, afirmó el investigador.

La mañana de ayer, en un tramo de la vía Durán-Yaguachi, fue encontrado el cadáver de Carlos Geovanny Bustamante Cruz, de 34 años. La víctima presentaba múltiples heridas de proyectil en la cabeza y el tórax.

En el lugar del hallazgo, los agentes de Criminalística recogieron dos vainas percutidas de calibre 9 milímetros.

Tras las pericias policiales, el cuerpo fue trasladado en el vehículo de Medicina Legal hasta el Laboratorio de Criminalística en Guayaquil.

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