A dos días de que concluya el estado de excepción en 16 provincias del país para evitar la propagación del COVID-19, el sistema sanitario de Pichincha continúa colapsado. Se evidencia en las afueras de los establecimientos de salud.

Ayer, en el Hospital IESS Quito Sur, decenas de personas querían conocer el diagnóstico de sus parientes que están contagiados con coronavirus, pero no obtenían la información.

Marlene Hidalgo fue con sus hermanos para saber la condición de su padre, quien se encuentra hospitalizado desde el jueves pasado y tiene el 30 % del pulmón izquierdo dañado.

Según ella, antes de ir al hospital, se contactó con los médicos, quienes le habrían dicho que su padre estaba mejorando en su cuadro de salud.

Sin embargo, cuando hicieron una videollamada con su progenitor, este les dijo que se le había subido la presión y que escupía sangre. Por eso, los hermanos fueron hasta el lugar, y al no recibir respuesta, intentaban comunicarse con señales desde el área de emergencia hasta la habitación de su padre, en el quinto piso del hospital.

Al solicitar información sobre la situación actual del centro, desde el departamento de comunicación indicaron que los únicos voceros del tema son las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Ricardo Vizuete, subsecretario Nacional de Vigilancia del MSP, durante una rueda de prensa en el ECU-911 indicó que la evaluación de la medida impulsada por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) en el sistema de salud se lo debe hacer desde el indicador de los pacientes que estaban en la lista de espera y no desde la ocupación de camas.

Pero al preguntarle sobre esta cifra del Hospital IESS Quito Sur, no la tenía.

El pasado 23 de abril, cuando se inició el estado de excepción, en esta casa de salud había 120 personas que esperaban por una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Hasta el martes de la anterior semana la lista se redujo a 111.

Esa realidad también se repite en el Hospital Carlos Andrade Marín, en el centro-norte de la capital, donde hasta la mañana de ayer todas las camas de UCI estaban repletas.

Lo que sí mencionó Vizuete es que la tasa de mortalidad disminuyó. No tenía el porcentaje, pero indicó que si antes de la medida fallecían 84 personas diarias en el país, ahora son 44.

Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, mencionó que ha habido un ligero aplanamiento en la curva de contagios, pero que esto no se evidencia en la realidad de los hospitales donde, según él, siguen llenas las áreas UCI y de hospitalización.

El galeno explicó que, además, se debía masificar las pruebas de diagnóstico y hasta la fecha no se lo ha hecho. “Los testeos que se hacen son por donaciones”.

Álvarez añadió que la carga hospitalaria se debe a que los centros centinela de Pichincha ya no pueden derivar a otras casas de salud de otras provincias como se hizo el año pasado porque están llenas.

Y las restricciones

Juan Zapata, director nacional del COE, indicó que el próximo 20 de mayo culminará la medida de restricción y los controles se harán con la aplicación de las leyes ordinarias, a cargo de los municipios y del COE nacional.

Además, enfatizó que no se volverá a solicitar un estado de excepción. “Queda prohibido restringir la movilidad y la libre agrupación de las personas”. Eso sí, Zapata dijo que para el próximo feriado del 24 de mayo, cada Municipio será el encargado de controlar aforos en los establecimientos y el sistema de transporte y horarios de atención.

Pichincha sigue siendo la provincia con más contagios. Hasta el 10 de mayo se registraron 141.0738 casos. De los cuales 130.972 están en Quito.