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La gente se abrazaba luego de observar la magnitud de la tragedia, en Esmeraldas.Luis Cheme

Temblor en Esmeraldas: La gente revivió la tragedia del terremoto de 2016

Ciudadanos relataron los momentos de pánico que vivieron durante el evento telúrico, que dejó daños materiales cuantiosos

Eran las 06:44 de este 25 de abril cuando la tierra ‘habló’ con furia. Una sacudida violenta, como una ola subterránea imparable, se coló por debajo de las camas, rompió el silencio de los que aún dormían y desató una pesadilla en la ciudad de Esmeraldas. En solo unos segundos, un sismo de magnitud 6,0 no solo derrumbó paredes, sino que abrió una grieta profunda en el ánimo de una población que, nueve años después del terremoto de abril de 2016, vuelve a enfrentarse al miedo, al polvo y a la incertidumbre.

El coliseo Ricardo Plaza fue uno de los primeros en ceder ante la fuerza del sismo. Este lugar, que en tiempos normales albergaba encuentros deportivos y eventos comunitarios, hoy yace en ruinas. A su alrededor, el polvo lo cubría todo, mientras los vecinos procesaban el golpe emocional que trajo el temblor.

“No podíamos abrir la puerta. Las paredes crujían, el suelo se movía como si estuviéramos sobre el mar,” relató Carmen Cañola, habitante del centro de Esmeraldas. Ella salió con sus nietos descalzos a la calle.

En barrios como Las Palmas y El Potosí, escenas similares se repetían. Adán Mina contó cómo su esposa quedó atrapada tras el derrumbe parcial de su casa. “Pensé que no saldríamos vivos”, dijo, mientras cargaba a su hija pequeña. La desesperación se mezclaba con el polvo, los escombros y el recuerdo imborrable del terremoto de 2016. “Justo nueve años después... Esto no es solo un temblor, es un trauma que se reactiva”, comentó Rosa Estupiñán, entre sollozos.

Los damnificados por temblor en Esmeraldas

Las estructuras cedieron ante la fuerza del sismo de este 25 de abril de 2025.Luis Cheme

En las zonas altas, las viviendas construidas con caña y madera fueron arrasadas. Mario Quezada, obrero de construcción, lo perdió todo. “He trabajado toda mi vida para tener ese techo. Ahora solo me queda la ropa que llevo puesta”, expresó.

La Unidad Educativa Margarita Cortés también fue severamente afectada. Las paredes colapsaron y dejaron al descubierto pupitres doblados, libros bajo montañas de concreto y aulas irreconocibles. “Los docentes llegaron llorando. Esta escuela ya no puede recibir a nadie”, lamentó una madre.

Las Fuerzas Armadas patrullaban las calles y advertían sobre posibles réplicas, pero los esmeraldeños saben que el miedo no se ahuyenta con soldados. “Necesitamos ayuda real”, decía un vecino mientras improvisaba un albergue con plásticos.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal fue convocado de urgencia, pero hasta ayer no había una respuesta clara de las autoridades. La gente necesita ayuda. Carpas, agua, medicinas. “Queremos que el gobierno venga y vea con sus propios ojos”, exigía una mujer mientras distribuía botellas de agua entre los damnificados.

Drama y dolor tras temblor en Esmeraldas

Hubo edificaciones cuyas estructuras cedieron por el fuerte sismo en Esmeraldas.Luis Cheme

Los testimonios continuaban multiplicándose. En el barrio Potosí, Juana Mosquera vivió minutos de terror. “Mi marido quedó atrapado cuando le cayó una plancha de cemento. Gracias a Dios, no le pasó nada grave”, relató.

En La Mina, la casa de adobe y madera de don Raúl y doña Rosario se vino abajo. Afortunadamente, lograron salir con vida junto a su nieto. “Gracias a Dios estamos con vida, pero ahora no tenemos un lugar donde vivir”, expresó doña Rosario, sin soltar la mano del pequeño.

Mientras tanto, en San José Obrero, don Jacinto y doña Juana observaban los daños en su modesta casa de caña. “No sabemos qué hacer, nuestra casita quedó toda dañada”, lamentó el anciano.

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