Este jueves 9 de enero de 2025 se cumple un año del ataque terrorista que estremeció a Guayaquil y al Ecuador entero. Durante 54 minutos, el grupo criminal Los Tiguerones tomó por asalto las instalaciones de TC Televisión, convirtiendo el canal en escenario de caos y violencia transmitido en vivo a millones de espectadores. 

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En el centro de este episodio, el periodista José Luis Calderón se convirtió en el rostro visible de una tragedia que marcó a todos los trabajadores de la estación, luego de que 13 integrantes de Los Tiguerones (dos de ellos menores de edad) sometieran a los empleados, bajo amenazas y armados con machetes, armas de fuego y explosivos. Incluso, a él llegaron a colocarle unos tacos de explosivos en su bolsillo, para obligarlo a implorar. A continuación, los detalles que él relató a la Policía Nacional. 

El inicio del caos

En su relato a los agentes, Calderón recordó cómo, entre las 14:00 y las 14:30, el ruido de gritos y pasos precipitados invadió las oficinas de redacción. “Con dos compañeras más no sabíamos qué hacer, dónde escondernos, porque la gente estaba muy alborotada. Nos escondimos en un baño dentro de una oficina”, narró el presentador. Desde ahí, escucharon órdenes confusas y llamadas que confirmaban que algo grave estaba ocurriendo.

El momento de la irrupción

Ese refugio momentáneo no tardó en ser descubierto. “Hice algunas llamadas (en el baño), pero los individuos irrumpieron y nos sacaron. Nos amenazaron con armas largas, pistolas, revólveres…”, relató Calderón. Bajo amenazas, los llevaron al estudio de grabación, donde serían obligados a participar en una transmisión que paralizó al país.

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“Eran grupos numerosos, todos en un estado de histeria”, recordó el reportero. Uno de los atacantes lo reconoció como parte de El Noticiero y le ordenaron transmitir un mensaje con un explosivo que le colocaron en la chaqueta. “Me decían que diga al aire, en vivo, que no entre la policía, porque si no nos mataban”.

El clímax de la violencia

La situación alcanzó su punto más crítico cuando se escucharon disparos fuera del estudio. “Todos nos tiramos al suelo; compañeros gritaban que por favor no disparen. Los atacantes también comenzaron a disparar hacia la puerta”, describió Calderón.

Finalmente, junto con un colega, logró escapar hacia una zona exterior hasta que las fuerzas policiales intervinieron y pusieron fin al asalto terrorista. La operación dejó secuelas físicas y emocionales para las víctimas y marcó un antes y un después para la seguridad en los medios de comunicación. Actualmente, José Luis Calderón vive en Estados Unidos, bajo asilo.

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