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Segundo Lagua llegó a su casa en La Rumiñahui, norte de Quito.RENE FRAGA

Un taxista de Quito batalló 76 días con el coronavirus y venció

Un hombre sobrevivió al mal de Wuhan en Quito. Durante su hospitalización le hicieron hasta una traqueotomía para salvarle la vida

Con el regreso de Segundo Lagua a su hogar terminaron 76 largos días de angustia. Todo ese tiempo, el hombre, de 51 años, estuvo internado con COVID-19 en el Hospital Carlos Andrade Marín, 35 días de ese periodo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Pero ganó esa batalla. Y a su regreso a casa, fue recibido como un verdadero ‘héroe de guerra’.

Su familia colgó una hilera de globos y un cartel que decía: “¡Bienvenido, ñaño!”. La noche del 13 de julio, muchos esperaban la ambulancia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que lo llevaría de vuelta a casa, en La Rumiñahui, norte de Quito.

No solo festejaban su retorno, sino también el fin de las llamadas de los médicos. Cada tarde, desde el día que fue hospitalizado (29 de abril), los parientes estaban pendientes del teléfono. “Nos decían si había mejoría o empeoraba”, indicó Juan Lagua, su hijo.

El chico recibía los reportes médicos de su padre. Se convirtió en el portavoz de lo bueno o de lo malo. Consolaba a sus familiares antes de anunciarles alguna novedad, como cuando les contó que a Segundo debían hacerle un agujero en la tráquea (traqueotomía) porque ya no podía respirar.

Los doctores lo colocaron bocabajo y lo intubaron, pero el oxígeno no llegaba a sus pulmones. Esa sensación lo llevó a hospitalización. La mañana en que lo trasladaron, Segundo buscaba desesperado la manera de inhalar aire. No podía.

“Él tenía síntomas, pero se tomaba medicinas. Así pasó desapercibido (la COVID)”, detalló Martha Morales, esposa del paciente, quien maneja un taxi. No saben si en su trabajo se contagió.

Los rezos

En el hospital estuvo tres días en el área de Emergencia. Sin embargo, por su condición fue directo a UCI. Sus parientes consideran que tuvo suerte, porque ingresó en un mes no tan conflictivo.

La familia del paciente lo recibió en el domicilio.RENE FRAGA

Desde marzo hasta abril, en Quito, se aumentaron de 107 a 255 los espacios en Cuidados Intensivos, según el ministro Juan Carlos Zevallos. Ahora todo está copado.

Mientras estuvo intubado se contagió de una bacteria, lo que alargó su hospitalización 26 días más. “En una ocasión, los médicos dijeron que nos preparemos para lo peor”, lamentó la esposa de Segundo.

Por eso, la familia (al menos 17 personas) rezaba cada noche. A las 20:00, diariamente, se reunían y oraban. Usaban Zoom para esos encuentros. Quizás hubo una respuesta divina.

Llamada alentadora

Segundo Lagua  fue llevado a Neumología, a Cuidados Intermedios y estuvo ahí hasta la semana pasada. Entretanto, el 10 de julio sus parientes recibieron la llamada alentadora: él sería dado de alta. “Nos dijeron que debíamos esperar el fin de semana para ver su evolución”, contó Diego Lagua, otro de los hijos.

A las 19:00 del pasado lunes, todos los parientes se reunieron para recibirlo. Cuando la ambulancia llegó, la algarabía se desató. La canción de la película ‘Rocky’ retumbó mientras a Segundo lo bajaban en camilla.

Todos gritaban y aplaudían. El taxista saludaba con su mano derecha. Llegó con 65 libras menos (pesaba 180) y con una fibrosis en sus pulmones. Pero lo más importante para su familia es que ganó la batalla al mortal coronavirus.

La esposa de Lagua y sus hijos rezaron todas las noches junto a otros parientesRENE FRAGA