En la habitación 11 del hotel SoHo 54 en Watts Street, Manhattan, se concentran las investigaciones de agentes de la Policía de Nueva York. Los oficiales tratan de establecer qué pasó con Denisse Oleas, una guayaquileña de 38 años que apareció muerta, entre sábanas, el pasado 8 de febrero.

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Este hecho ha impactado a la comunidad latina en Estados Unidos por la violencia del asesinato y porque, pese a que con el paso de las horas siguen apareciendo evidencias, aún no hay ninguna persona detenida.

Oleas tenía golpes en su cabeza y rostro. Las causas de su muerte fueron establecidas como un estrangulamiento y por un traumatismo craneoencefálico. Todo indica que en la habitación de hotel se presentó una pelea que terminó con la muerte de la ecuatoriana.

La puerta del cuarto donde permanecía la víctima tenía un mensaje de no molestar. Aunque uno de los trabajadores del hotel lo omitió y entró, vio a la mujer arropada con una manta y creyó que estaba dormida, por lo que simplemente se fue del lugar.

Solo un día después, tras una denuncia por desaparición que interpuso uno de sus hijos en Queens, donde vivía con su madre, una ama de llaves del hotel entró a la pieza y descubrió la terrible escena a eso de las 10:30 del 8 de febrero.

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Según le contó Joseph Kenny, jefe de detectives la Policía de Nueva York, a medios locales, en la escena del crimen se encontró una plancha de ropa cubierta de sangre y heridas por todo el cuerpo de Denisse.

En las primeras pesquisas, que incluyó la revisión de cámaras de seguridad, los investigadores establecieron que Denisse ingresó al lugar con un pantalón de mallas que no fue encontrado en ningún lugar.

Mientras tanto, se conoció que ya habría más elementos que podrían permitir acercarse a un sospechoso. Se trata de un hombre que ingresó al hotel con la mujer y que habría salido del lugar con el pantalón de malla con el que ingresó la víctima.

“Tenemos un video de la mujer que llega al lugar con un par de mallas distintivo. Y más tarde, tenemos a un hombre que sale del hotel con las mismas mallas. Y también tenemos un par de pantalones masculinos en la habitación del hotel”, aseguró el oficial Kenny.

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De acuerdo con medios como NBC News, los investigadores también han rastreado los movimientos del sospechoso a través de la tarjeta de crédito de la víctima y su MetroCard, que él supuestamente robó y que habría estado usando.

Al parecer, Oleas era madre de dos hijos. Uno de ellos continúa viviendo en Guayaquil con su abuelo mientras que el otro estaba con ella en Estados Unidos. De hecho, él se refirió a lo ocurrido desde Queens.

"Ella quería una vida mejor porque en Ecuador hay mucha gente mala. Era muy peligroso”, dijo el joven, ya añadió: “Ella nos dio la vida que siempre quisimos… Siempre estuvo trabajando para nosotros para darnos la mejor vida en este país… Siempre tenía dinero para cubrir cualquier cosa en la casa. No le debía dinero a nadie”.

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