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Súmate a la Vida, un espacio en Guayaquil que ofrece otro 'chance' a jóvenes adictos

Una fundación apoya a personas con problemas de drogas. Hay solo 12 centros especializados en el país. Urge la creación de una entidad rectora en la materia

Cinco de los 16 internos que actualmente tiene la fundación en pleno aprendizaje de oficios como panadería y cocina.CANVA

El rechinar de esmeriles se escucha a buena distancia. El origen del ruido está en el cruce de las calles 17 y la Q, en el populoso suburbio oeste, uno de los sectores de Guayaquil  con problemas crónicos como el microtráfico y la inseguridad. Pero en el local donde el metal y la soldadura dan forma a puertas, ventanas y cercas, es simplemente otro día de aprendizaje y esperanza para un grupo de jóvenes que buscan dejar atrás un pasado de sufrimiento, penas y hasta delitos.

Se trata de internos de la Fundación Súmate a la Vida, una entidad que desde 2015 se dedica a la rehabilitación de personas con problemas de adicción a las drogas y al alcohol. La organización sin fines de lucro está reconocida por el MIES y registrada en el Servicio de Rentas Internas, afirman sus directivos.

Arturo, de 29 años, es uno de los 16 internos que hay al momento, aunque en este lugar estos muchachos salir en cualquier momento, ya que en sus puertas no se pone candados ni trancas  para retener contra su voluntad a nadie.

"Aquí llegamos en estado de negación, pero gracias a Dios y a diferencia de otros 17 centros de rehabilitación donde estuve antes,  acá nos hacen reflexionar que no somos personas fracasadas sino que no hemos sabido aprovechar las oportunidades que da la vida", dice a EXTRA el hombre, quien hace gala de una facilidad de palabras.

Este padre de una niña y operador de tractores "sin licencia", recuerda que sufre de dependencia de sustancias ilegales desde que tenía 15 años y que  por eso dejo sus estudios universitarios, perdió puestos trabajos y hasta su matrimonio. Hoy afirma que allí está aprendiendo recién a valorar la vida, además de oficios como cerrajería, panadería y cocina.

Alejandro, 5 años mayor que él, también habla maravillas de este centro de ayuda para  problemas de adicción. "Aquí nos hablan con claridad y sinceridad de nuestros problemas, sin llegar a la tortura o al encierro que hemos visto en otros centros de rehabilitación", comenta el hombre, quien la mitad de su vida ha consumido marihuana y otras sustancias ilegales.

La familia de estas personas deben pagar cuotas mensuales que estén al alcance de sus bolsillos, por la estancia y tratamiento en la fundación, "valores bajos -dice Octavio Zambrano, orientador vivencial de la fundación-, si se considera que aquí le damos alimentación, capacitación, alojamiento adecuado, atención psicológica, y psiquiátrica de ser el caso".

El oficio de cerrajería también es parte del tratamiento terapéutico de estas personas.cortesía

Zambrano, junto a Maximiliano Bravo, psicólogo de la fundación, asegura que esta realiza una labor realmente diferente y eficaz con este tipo de pacientes, comenzando porque primero se hace una evaluación completa de ellos y sus familias, y porque trabajan con un número reducido de internos para evitar los nocivos hacinamientos.

"Como fundación y desde el punto de vista humanista -subraya el psicólogo Bravo-,  nosotros trabajamos con la familia, que es fundamental en el proceso terapéutico de pacientes que muchas veces tienen antecedentes penales, que han estado presos y por eso nosotros tampoco queremos caer en ese error de catalogarlos por su pasado, sino brindarles la atención adecuada".

No podemos olvidar que un adicto, cuando llega a un centro de atención generalmente ya ha sido maltratado, humillado y la idea no es seguirlo maltratando, porque de lo contrario lo que se sembraría en él es rencor, señala Zambrano.

Un ambiente distendido se observa en las reuniones del grupo de internos. Aquí con el orientador vivencial, Octavio Zambrano. .

LA OTRA CARA  DE ESTA PROBLEMÁTICA

Rehabilitar a personas con problemas de adicción es algo muy loable per se, pero en Guayaquil es muy difícil abordar el tema sin recordar aquellos casos de hacinamientos, torturas y trágicos sucesos en el que murieron incluso calcinados muchos internos de clínicas que, al margen de la ley, se han dedicado a esta actividad.

Según datos de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess), unos siete centros de desintoxicación han sido cerrados solo este 2021 por operar sin permisos.

El último que cerraron las autoridades fue hace poco más de un mes, el martes 7 de septiembre de 2021, cuando el Municipio de Guayaquil clausuró en el bloque 9 de Flor de Bastión, un establecimiento que no contaba con permisos de funcionamiento ni licenciamientos, y en el que un día antes había fallecido un paciente por causas que investiga la Fiscalía.

Aquel día del cierre de este local clandestino, el Municipio inauguraba 'con todas las de la ley' su Centro Especializado para el Tratamiento de Personas con Consumo Problemático de Alcohol y Drogas (Cetad). Se trata de un espacio en el bloque 9 de Bastión Popular, que cuenta con 20 camas y hasta piscina y atiende a mujeres con problemas de adicción sin con costo alguno.

 Durante su inauguración, la alcaldesa Cynthia Viteri dijo que se espera atender allí a unas 500 mujeres por año, además de la atención ambulatoria de estas una vez que culminan su período de internación.

Pero ¿se rehabilita realmente las personas que entran a estos centros que sí está facultados para operar? Zambrano, el orientador vivencial afirma que las instituciones hacen su trabajo pero que en última instancia, la sanación y el reinsertarse a la sociedad depende solo del mismo paciente. Sí realmente quiere reformarse o resurgir, lo puede hacer.

"CUATRO PASOS PARA LA REHABILITACIÓN"

Ricardo Loor, expresidente del desaparecido Consejo Nacional de Sustancias psicotrópicas y estupefacientes (Consep), va más allá. En entrevista con EXTRA afirma que todo ser humano es suceptible de educación, rehabilitación, pero que el éxito de estos procesos depende de la metodología que se utiliza, entre otros factores importantes.

"Muchas veces estos centros consideran que la rehabilitación (de un adicto) consiste en que ya no consuma drogas, eso no es así, es mucho más complejo -explica el especialista-. Habría que ver que cumpla el proceso completo, que para aquellas personas son 4 pasos: primero la deshabituación, segundo, entrar al tratamiento; tercero es la rehabilitación; después viene la reinserción a la sociedad, que es una de las más duras".

Loor acota que todo este proceso no se da en poco tiempo, que se necesita por lo menos un año "y ahí es donde ya comienza a fallar la gente, porque en un mes nadie se rehabilita".

Uno de los dormitorios donde se alojan a los internos de Súmate a la Vida.

UNA LUCHA CUESTA ARRIBA

A propósito de la lucha que en el país se libra contra la adicción a las drogas, Ricardo Loor, quien actualmente es director de Capacitación y Desarrollo Humano Integral de Parametría, dice que lo primero que necesita el Ecuador en este ámbito es un organismo rector en el tema droga, para que haga investigación y tratamiento exclusivamente sobre drogas y su consumo.

Este investigador manabita deplora la eliminación del Consep que hacía este trabajo y que durante el correísmo fue reemplazado por la Secretaría Técnica de Drogas, que demostró no estar a la altura de la circunstancias y que poco tiempo después también fue eliminada.

"El Ministerio de Salud Pública (MSP) trabaja en el tema pero no es exclusivamente en drogas. No se hace investigaciones sobre drogas en este país, como puede ser que haya programas si no tiene investigación, no sabe qué droga se consume, quienes consumen más, por grupos humanos, edades...", acota Loor.

"Sin investigación e información -insiste-, no se puede hablar de prevención ni de nada, es grave".

HAY 12 CENTROS ESPECIALIZADOS EN EL PAÍS

A propósito de la reciente celebración (10 de octubre) del Día Mundial de la Salud Mental, el MSP recordó que atiende esta problemática en el país y que al momento registra un total de 842 servicios de Salud Mental, que se encuentran compuestos por 591 del tipo  ambulatorios, 69 en ambulatorios intensivos, 105 unidades de salud mental hospitalaria, 128 unidades de intervención en crisis, 12 centros especializados para el tratamiento de alcohol y otras drogas, un centro y un hospital especializado en salud mental.