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El detenido registra dos antecedentes penales. En uno de esos casos estuvo involucrado en un accidente de tránsito.Cortesía

Quito: capturan a sospechoso de haber violado a su hija

Al parecer, el sujeto amenazaba de muerte a la víctima para que no lo delatara. Una experta da recomendaciones para identificar a un agresor.

Durante las últimas semanas, una madre notó que su hija de 13 años se la pasaba llorando. La señora le preguntaba la razón de su tristeza, pero la adolescente no sabía qué decirle.

La tarde del 17 de abril de 2022, la menor de edad, aún asustada, decidió contarle que su padre había abusado sexualmente de ella. El hecho habría sucedido en el mismo domicilio en el que vive la familia, en el norte de Quito.

La víctima le dijo a su progenitora que no era la primera ocasión que abusaba de ella y que no lo había alertado porque el agresor supuestamente la amenazaba. Según las primeras indagaciones, el ahora detenido solía amenazar de muerte a la menor de edad y le advertía que mataría a su madre si denunciaba a alguien la agresión.

El individuo fue detenido en la casa de un familiar y lo trasladaron a la Unidad de Flagrancia. Registra dos antecedentes penales. Por su parte, la víctima recibe atención psicológica y su madre será indagada por la Policía para determinar si conocía del abuso.

Viviendo con el enemigo

Johanna Orbe, abogada, experta en perfilación criminal, explicó que las actitudes del sospechoso responden a la de un pederasta consumado.

Es decir, cuando alguien con trastornos en su inclinación sexual no solo busca fantasear sino cometer un acto violento.

Una persona que fue abusada en su niñez tiende a repetir patrones de conducta cuando es adulta”.Johanna Orbe. Abogada. 

La jurista añadió que si bien es difícil identificar al agresor, se puede estar alerta de los signos de alarma en él y en los menores (ver infografía).

“Cualquier cambio de conducta en los hijos nos debe dar una pauta para indagar”, dijo.

Orbe añadió que el abuso en este caso está marcado por la relación de poder que existe entre padre e hija. La víctima es manipulada mediante el miedo. “Al verle más grande a su agresor, le cree capaz de cumplir con sus amenazas”.

En otros casos, la abogada señaló que los agresores hacen lo contrario: usan el engaño emocional diciéndoles que les quieren y que esas caricias son parte de ese amor. “Hay hombres que les dicen a sus hijas que están enamorados de ellas y que nadie más les entenderá”.

Ante esto, la profesional recomienda a los padres que dentro de la relación con sus hijos deben tener comunicación asertiva porque no siempre la información es verbal. “Sus cuerpos y sus actitudes hablan. Mientras más temprano se detecte el problema, menor será el impacto en sus vidas”.