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La única hija de Nancy se hizo cargo de todos los trámites para su velorio y sepelio. La chica ahora pide que el caso no quede impune.Christian Vinueza / EXTRA

Guayaquil: Sospechoso de asesinato aplicó la de buena gente con su víctima

Nancy Soledispa abrió las puertas de su casa y le dio ‘camello’ en su negocio, a un joven extranjero. Él le pagó muy mal.

Trata de mantenerse fuerte pero a ratos se quiebra en llanto. Vanesa lidia con la pena por la muerte de su madre, con una pregunta a la que no le encuentra una respuesta lógica: ¿Por qué un trabajador, a quien su progenitora trató como a un hijo, le habría quitado la vida a puñaladas?

Han pasado más de dos semanas desde el asesinato. La madrugada del 6 de abril de 2022, Nancy Fabiola Soledispa Alvarado fue hallada con heridas de arma blanca que provocaron su deceso.

En el comedor donde cenaba con su mamá, Vanesa observa las fotos que conserva de ella. Mira con nostalgia cada retrato, recordando los momentos que pasaron juntas.

La mayor enseñanza que le dejó su madre es tener carácter para reponerse ante las adversidades. Ahora pone en práctica ese consejo para afrontar su brusca partida y buscar justicia.

BUSCÓ GANÁRSELAS

El principal sospechoso es un venezolano de 21 años. Vanesa y Nancy lo conocieron a inicios de 2020. Él les ofrecía ayuda con los quehaceres del minimarket familiar ubicado en el centro de Guayaquil.

“Pasaba las jabas de cervezas, perchaba. Entonces mi mamá le cogió cariño, se ganó la confianza y el trabajo que ella le ofreció”, recuerda.

El aprecio de a poco fue aumentando. Había tanta estimación que en algunas ocasiones le permitieron dormir en su departamento, pues, a veces, a él se le hacía tarde para volver a la casa en la que vivía con los abuelos, en la cooperativa Juan Montalvo, en el noroeste de la urbe.

Instante en que unidades policiales se acercaron al condominio para retirar el cadáver.Álex Lima / EXTRA

“Éramos como familia. Es como si hubiera sido un primo para mí (...). No era la pareja de mi mamá, como rumoraban. Era un trabajador al que ella le tuvo consideración. Lo quería como a un hijo”, cuenta.

Jamás pasó algo que provocara alguna duda sobre el joven, oriundo de Valencia, capital del estado de Carabobo.

A finales de ese año, el empleado se fue a Perú para probar suerte. Allá permaneció más de un año, pero luego volvió a Ecuador.

SE FUE, VOLVIÓ Y...

A su retorno, una semana antes del asesinato de Soledispa, empezó a trabajar de nuevo en el minimarket de ella. Durante esos días durmió tres veces en el domicilio de la patrona. La última noche se comportó extraño, según Vanesa.

Una dificultad para el desarrollo de las investigaciones es que el condominio no cuenta con cámaras de monitoreo.

Pasada la 01:00 del 6 de abril, el joven quiso irse a su casa y pidió las llaves de la puerta de abajo del condominio para buscar un taxi. Luego subió diciendo que no lo consiguió y se quedó.

Después preparó una limonada para los tres. Tras ingerir la bebida, madre e hija empezaron a sentir mareos, pero finalmente se quedaron dormidas.

Cuando Vanesa despertó se encontró con una escena aterradora. Su mamá estaba muerta en su habitación. El extranjero ya no estaba.

Posteriormente, ella se percató de que faltaban dos televisores, dos celulares de su madre y dinero en efectivo. Por este dato, la Policía maneja la hipótesis de que lo ocurrido podría estar relacionado con un robo.

La joven no se explica por qué el venezolano habría apuñalado a su madre. Queda la duda si hubo un forcejeo. “Solo espero que esto se investigue y no quede como un caso más. Mi madre no merecía ese final”, recalca.