Desde hace varios días, el estado de California enfrenta devastadores incendios que han arrasado con barrios enteros, dejando a familias afectadas. Hasta el miércoles 8 de enero de 2025, mil edificios habían sido perjudicados y al menos cinco personas han fallecido. Los intentos de los bomberos por extinguirlos han sido en vano debido a varios factores, lo que ha llevado a las autoridades a evacuar a al menos 100,000 residentes de las zonas afectadas.

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La emergencia comenzó el martes 7 de enero de 2025 por la mañana en Pacific Palisades y se ha extendido a unas 6,900 hectáreas. En las siguientes horas, se registraron tres grandes incendios en otras áreas de Los Ángeles. Además, se estima que las pérdidas alcanzarán los 10 mil millones de dólares.

Según la BBC, jefes de bomberos han comentado que debido a la magnitud de las llamas, es poco probable que se puedan contener en las próximas horas.

Vientos de Santa Ana

A pesar de que los incendios no son comunes durante la época de invierno, uno de los factores determinantes de la propagación del fuego son los vientos de Santa Ana, vientos secos y potentes provenientes de las montañas hacia la costa sur de California, que "eliminan la humedad de la vegetación y facilitan que se inicien los fuegos", según Simon King, meteorólogo y presentador del tiempo de la BBC.

Este fenómeno se produce cuando altas presiones ubicadas al este, en la Gran Cuenca, se encuentran con las bajas presiones frente a la costa. El aire de alta presión se convierte en baja presión, y cuanto más brusco es el cambio, más fuertes son los vientos. Pueden alcanzar velocidades de entre 95 y 130 km/h, e incluso hasta 160 km/h.

Cambio climático y sequía

Otro factor determinante de esta catástrofe es la sequía que afecta la zona y el cambio climático. El denominado 'latigazo meteorológico' se presenta con mayor frecuencia, provocando cambios repentinos en el ambiente, de humedad a sequía.

Además, después de una temporada de lluvias intensas en California, el crecimiento de la vegetación se vio favorecido, y de repente, el cambio a una temporada seca la convirtió en combustible para los incendios forestales.

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