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Los fieles llenaron cada banca de la misa la mañana de este 27 de octubre. EXTRA

Con un 'solazo' y un apagón, fieles abarrotaron una iglesia en Guayaquil para rogar por lluvia

El sacerdote exhortó a los creyentes a no acudir a misa solo en tiempos difíciles, haciendo alusión a la crisis energética actual

A pesar del corte de luz y de los intensos 31 grados centígrados que sintió Guayaquil la mañana de este 27 de octubre, los fieles no dejaron de acudir a la iglesia San Antonio María Claret, en Urdesa. Es más, tanto era el fervor que muchos se vieron obligados a rezar de pie, pues las bancas estaban ya repletas.

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En el silencio del templo, mientras las alabanzas dejaban de sonar, solo se escuchaba la cálida voz del sacerdote, quien aprovechó su sermón para abordar la crisis energética.

“Es difícil esta situación de los apagones, especialmente en pleno siglo XXI, donde hay tantas posibilidades para mejorar. Sin embargo, en otros países también enfrentan problemas: guerras, preocupaciones propias. Al final, nos damos cuenta de que no nos importa el prójimo, que no nos importa ayudarnos unos a otros”, lamentó.

El religioso también tocó un punto sensible sobre la naturaleza de la fe en tiempos difíciles, recordando a los fieles que el simple acto de asistir a misa no garantiza ser escuchados por lo alto. “La oración debe ser sincera”, enfatizó.

Con la bendición “del Padre, Hijo y Espíritu Santo”, concluyó la eucaristía que, según Anna Andrade, una parroquiana habitual, estuvo “más llena de lo normal”. Aquel dato le dio más sentido a las palabras del padre.

Feligreses rezaban de pie por la falta de espacio en los asientos.Extra

La septuagenaria mujer acudió al templo para pedir a Dios por los más pequeños. “Que los papás cuiden mucho a los niños en esta época de apagones. Los adultos podemos cuidarnos de cualquier manera, pero los niños son más vulnerables”, manifestó.

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Por su parte, Patricia Heng Kwong, otra feligresa, expresó que esta misa fue especial porque quería pedir por la recuperación de un ser querido que trabaja con ella.

Y añadió un pedido al cielo: “Siempre le pido a Dios que llueva. Esa es, según creo, la única solución”, reveló Heng Kwong refiriéndose a su anhelo de que cesen los apagones.

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