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Poste los salvó de morir aplastados por un muro, luego del aluvión en Pomasqui
Un hombre y su hermano caminaban cerca de la pared que cayó sobre una chica en la avenida Manuel Córdova Galarza, norte de Quito.
Parece que en Pomasqui, barrio del norte de Quito, no todo es mala suerte luego del aluvión registrado la tarde del miércoles 16 de septiembre de 2020. Al día siguiente del fenómeno natural, un muro que había quedado debilitado cayó sobre dos personas –matando a una- hubo otros peatones que cruzaron la calle con las justas.
Uno de los afortunados fue Robinzon López, quien junto a su hermano caminó delante de Julissa (fallecida) y Dalton Vélez. Ambos también bajaban por la avenida Manuel Córdova Galarza y se dirigían al negocio de Robinzon, de 40 años, luego de almorzar.
“Estábamos pasando el predio y al final hay un poste. Yo estaba pegado al muro y mi hermano caminaba por la carretera”, relata López. En ese momento solamente oyeron un estruendo a sus espaldas y vieron que un pedazo de muro quedó sobre el poste. Eso impidió que el dique los sepultara.
Desgracia con suerte
López sintió un trozo de bloque sobre cabeza, pero a su ñaño no le pasó nada. Al ver eso, los conductores frenaron sus autos y bajaron a ayudar. Solo en ese instante se percataron que había dos personas atrapadas, una de las cuales (Julissa), murió.
“El chico (Dalton) estaba boca arriba y sobre él había un pedazo de muro. A la chica no se le veía”, dice el herido, a quien unos vecinos le pusieron agua en su cabeza ensangrentada.
La gente se aglomeró, arribaron los bomberos y confirmaron la muerte. “Se vivieron momentos dolorosos cuando llegó la mamá (de la chica) y el papá”.
Atención médica 'a las bravas'
Con esa imagen en su memoria, Robinzon se fue a un centro médico porque no quiso interrumpir a los rescatistas. Allí, una mujer le dijo que no lo atendería porque estaban por cerrar.
Luego de ‘batallar’ con aquella señora, un médico lo ingresó y le suturó la cabeza. “A Dios gracias salí bien, algo que lastimosamente no sucedió con la hijita (Julissa) de los vecinos”.
Ahora cada vez que mira las fotografías se da cuenta de la suerte que tuvo: el pedazo de muro que lo aplastaría lo detuvo un poste milagrosamente.