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Sucesos

Los cuatro féretros fueron embalados y velados en el cementerio Jardines de la Esperanza.Christian Vinueza / EXTRA

Sobreviviente de accidente en la vía a la costa relata cómo perdió a cuatro familiares

Una víctima de la colisión entre un bus de la cooperativa Costa Azul y una furgoneta, se queja hoy de la actitud de los testigos, quienes filmaban a las víctimas en lugar de ayudarlas.

“Nos veníamos riendo, escuchábamos música, cuando de repente sentimos el impacto del lado izquierdo en la furgoneta que nos traía de Villamil Playas a Guayaquil”, recuerda Patricia Bazurto Sabando, sobreviviente del accidente de tránsito suscitado la tarde del 1 de marzo en la vía a la costa, kilómetro 43, en el sentido desde Cerecita al Puerto Principal.

La joven, de 25 años, porta un collarín y un inmovilizador de brazo (en la extremidad izquierda). Asimismo presenta varios raspones y a la altura de la muñeca izquierda le suturaron dos puntos, producto del vidrio que explotó sobre su cuerpo y cuyos fragmentos se le incrustaron en los ojos y la cabeza. Ella iba adelante, en medio del chofer y su novio.

4 muertos y 4 heridos fue el saldo del accidente de tránsito.

El dolor corporal no es nada en comparación con el de su alma, pues ella en el fatal viaje perdió a su madre, hermano, suegra y la prima de su enamorado, quienes venían del lado izquierdo de la furgoneta, la parte más afectada por el choque perpetrado por un micro de la cooperativa Costa Azul.

“‘Mi mamá, mi mamá’, gritaba mi novio. Ella terminó con la mitad de su cara destrozada, quedó como guindada. Mis otros familiares estaban ensangrentados y muy malheridos, pero la gente en lugar de ayudar nos grababa. Tuve que sacar fuerzas para insultarlos y que nos dejen de filmar. En un video vi que sacaron la cabeza de mi hermano. No respetan el dolor del otro”, manifiesta con indignación.

Patricia indica que su pareja le contó que dos buses de Costa Azul venían compitiendo entre ellos a gran velocidad. Estaban en el carril contrario, de Guayaquil a Playas. “Uno de ellos rebasó al otro y se trepó al parterre. Terminó en nuestro carril y nos impactó”, narra la sobreviviente.

La película de terror no terminó allí. Los gritos no pararon en el interior de la furgoneta, en la cual venían 11 pasajeros, más dos niños (uno de cuatro años y otro de nueve).

El menor de nueve gritaba al ver a su lado al hermano de Patricia, quien estaba malherido. Y la mamá del menor, también lesionada, se encuentra grave en un centro de salud, pues requiere de una operación de un cirujano torácico. “Al parecer uno de sus pulmones está más arriba que otro”.

Pese al dolor físico, la sobreviviente estuvo con el resto de su familia para despedir a sus parientes fallecidos en el siniestro vial.Romina Almeida / EXTRA

No estaba ‘pluto’

Patricia no solo está acongojada por la pérdida de sus seres queridos; también está molesta, pues señala que en la audiencia, personal de la cooperativa daba otra información. “Sé que ellos dicen que nuestro conductor venía en estado etílico. Eso es falso y ya su abogado lo demostró. Es más, él se siente mal, porque hace ocho años que nos transporta en viajes, es parte de la familia”, aclara.

Familia incompleta

La joven no para de llorar al recordar que de un ‘porrazo’ perdió a cuatro seres queridos.

“Mi madre, una guerrera que fue operada de un tumor cerebral, venir a morir así. Mi hermano y la prima de mi novio se iban a graduar en marzo; la irresponsabilidad de un chofer (que huyó) les cortó la vida”, expresa entre sollozos, pues recuerda que en algún momento le tocará regresar a su casa, ubicada en la entrada de la 8, y ya no estará ni su madre ni su ñaño, con quienes vivía. 

En su muñeca izquierda tiene dos puntos de suturación.Romina Almeida / EXTRA
“Queremos que nos ayuden a encontrar al chofer del bus, por su irresponsabilidad estamos de luto”.Patricia Bazurto, sobreviviente