Aunque Gisela Kimberly Zambrano Vargas, de 20 años, y Ginger Evelyn Ponce Gómez, de 21, no se conocían y tampoco tenían nada en común, sus vidas terminaron de la misma forma: a tiros, pero por motivaciones distintas.

Las dos jóvenes fueron asesinadas la tarde del miércoles en diferentes sectores del norte del Puerto Principal. Sus verdugos se movilizaban en motocicleta y les descargaron varios disparos que acabaron con sus vidas y la del bebé que una de ellas llevaba en su vientre.

La muerte de estas dos chicas eleva a 90 el número de mujeres asesinadas en lo que va del año en el país. Veintinueve de ellas han sido victimadas en la Zona 8, que abarca los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón.

Gisela Kimberly, nacida en Venezuela pero de madre ecuatoriana, fue baleada a las 14:52 mientras atendía su local de jugos en el kilómetro 15,5 de la vía a Daule. Los criminales le dieron dos tiros en el cuello. Quedó tendida en el mismo lugar donde el pasado 22 de abril hirieron a su padre, hecho en el que además resultaron afectadas otras tres personas (una de ellas falleció).

El coronel Henry Herrera, jefe de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), afirmó que el crimen de la extranjera tendría relaciones con la balacera ocurrida hace siete días.

“Ella fue testigo del hecho anterior, en el que se produjo la muerte de una persona. Aquí resultó herido uno de sus familiares, él fue una víctima colateral, ya que el ataque era dirigido al hombre que falleció. Lamentablemente en su inocencia habló de más y posiblemente esto ocasionó su asesinato”, reveló Herrera.

Ginger y su progenitor nacieron en Venezuela, pero llegaron a Ecuador hace más de dos años. Ambos atendían el local de jugos donde les dispararon.

Trataron de salvar al bebé

Treinta minutos después del asesinato de Zambrano, en la cooperativa Estrella de Belén, en el sector de la Juan Montalvo, ocurrió el crimen de Ginger Ponce. Uno de sus asesinos se bajó de la moto, caminó hasta la puerta de su domicilio y le propinó 16 balazos que provocaron su deceso. Su conviviente también resultó afectado, pues recibió un tiro en el hombro.

El jefe de la Dinased explicó que la gestante fue llevada por sus familiares hasta una casa de salud, para tratar de salvar a la criatura que llevaba en su vientre. Sin embargo, los médicos corroboraron que ya no tenían signos vitales.

La mujer, quien esperaba un varoncito, recibió los impactos en el tórax. Ella tenía un antecedente por tráfico de droga. Fue detenida en junio de 2021.

Herrera comentó que la violencia criminal no distingue ni géneros ni personas. “Ahora no solo los adultos se involucran en actividades ilegales e ilícitas, sino también los adolescentes y las mujeres. Ellos son conscientes de que asumen riesgos y que su destino es la muerte”. (AEB)