Exclusivo
Cuarentena

Sexoservidoras volvieron a 'La 18', pero a recibir víveres

El barrio de tolerancia de Guayaquil lució concurrido luego de casi 3 meses. Curiosos se acercaron a ver si habían reanudado la atención al público

Las trabajadoras sexuales hicieron filas para recibir kits de alimentos. Aproximadamente a 250 de ellas se les entregó estas donaciones. Miguel Párraga / EXTRa

El sol pegaba fuerte al mediodía de este miércoles, 10 de junio de 2020, en el suburbio oeste  de Guayaquil. Fuera del barrio de tolerancia, ubicado en la calle Salinas (antiguamente calle 18), el calor no parecía importarles a los curiosos que acudieron para ver qué pasaba dentro de aquel reducto amurallado, lleno de bares y cuartos donde se ofrecen servicios sexuales.

Adentro estaban reunidas las sexoservidoras que hasta el inicio de la emergencia sanitaria, a mediados de marzo de 2020, se ganaban la vida allí. Sin embargo, esta vez ellas no estaban cumpliendo los ‘ardientes’ deseos de sus clientes. Fueron a retirar  kits de alimentos donados por el Municipio de la ciudad.

Ordenadas en fila, las trabajadoras del placer recibieron las cajas con las donaciones y luego se retiraron. Pero el breve reencuentro de estas mujeres fue la excusa ideal para contarse unas a otras de qué forma han subsistido económicamente tras el cierre de dicho centro de diversión desde el pasado 13 de marzo, como medida preventiva para evitar contagios de coronavirus.

Otros quehaceres

“He podido mantenerme de mis ahorros y con un dinero que me mandó una amiga que trabaja en Estados Unidos”, comentó Andreina, quien conversaba con dos de sus colegas.

La mujer refirió que le ha tocado comprar los víveres indispensables para comer a diario y de esa forma lograr ‘estirar’ el dinero lo más posible. Ella vive junto con su padre y su hermano y es quien se encarga de "parar la olla" en su hogar.

“Ahora trato de comer pocas porciones de carnes para poder guardar las restantes para los días siguientes y que alcance más tiempo la comida”, agregó la sexoservidora.

Quienes pasaban por el sitio creían que los 'cuerpeos' habían regresado. Luego supieron que se trataba solo de una entrega de víveres.Miguel Párraga / EXTRA

La incertidumbre que Andreina siente al no saber cuándo podrá volver a laborar es la misma que tiene Elvia, otra trabajadora quien en cambio sirve bebidas alcohólicas en uno de los locales de la 18. La "chirez" (crisis)  incluso la obligó a dejar de alquilar el pequeño departamento que rentaba por 100 dólares mensuales y mudarse  con unos parientes.

Esperan la reapertura del prostíbulo

Desde que Elvia y su hijo de 15 años están en la vivienda de sus allegados, jamás se acostaron con el estómago vacío. Sus parientes les han provisto de alimentación. A pesar de ello, la fémina planea alguna forma de ganar plata hasta que abran nuevamente el negocio donde trabajaba.

Elvia se mantuvo confinada todo este tiempo, pero dice que ya le toca salir a la calle a ganarse el sustento diario.

“Yo estaba pensando en pararme en una esquina a vender agua o jugos por lo menos  o a vender mascarillas, que es algo muy necesario ahora”. 
​Elvia, empleada de un bar.

Esta madre de familia dice que la mayoría de sus compañeras se encuentran en la misma situación de falta de billete. Por ello también, como Elvia, analizan dedicarse a otras actividades.