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¡Los sepultó la quebrada!
Intentaban bajar los niveles de agua que ponían en peligro a los habitantes de El Bosque, norte de Quito. Uno de ellos estaba a días de jubilarse y era de los que entraba en las alcantarillas para limpiarlas
Alfonso Núñez y Diego Lozada dejaron sus vidas en la quebrada Caicedo, ubicada en El Bosque, norte de la capital. Estaban limpiándola y quedaron sepultados por al menos 17 metros cúbicos de lodo y agua.
Ocurrió la noche del martes y no fue sino hasta la madrugada de ayer que el Cuerpo de Bomberos de Quito logró recuperar sus cadáveres luego de hacer labores manuales.
Othón Zevallos, gerente de la Empresa de Agua Potable (Epmaps), comentó que, en el caso de Alfonso, él estaba a punto de jubilarse. “Era un trabajador muy querido, muy comprometido. Hace poco nomás estábamos bromeando”, dijo el funcionario.
Era un hombre alegre, sonriente y buen padre, describieron sus familiares cuando llegaron a la morgue de la Policía.
“Esta semana cumplió 60 años y ya metió los papeles para la jubilación. Era cuestión de días que le aprobaran”, dijo una de sus sobrinas.
Sus parientes contaron que Alfonso se metía en las alcantarillas para limpiar lo que los demás ensuciaban. Deja cinco hijos en la orfandad, entre ellos dos menores de 3 y 7 años.
Zevallos confirmó que tanto Alfonso como Diego estaban asegurados, por lo que sus parientes recibirán una indemnización de 54.000 dólares, pues murieron en el cumplimiento de su trabajo.
Las causas
Zevallos detalló que ambos trabajadores estaban en una de las estructuras de captación y esta habría colapsado por el récord de lluvias registradas en 24 horas. “Hubo entre 79 y 90 milímetros cúbicos, cantidad que cae en una semana”.
Las precipitaciones se registraron en la parte alta de las laderas del Pichincha y estas estructuras están dispuestas, según el funcionario, para “almacenar los aluviones que se forman en la montaña”. Esto evitaría que el material llegue a la ciudad.
Santiago Guarderas, alcalde de la urbe, comentó que las víctimas trataban de bajar el nivel del agua que ya ponía en peligro a los edificios cercanos a la hondonada. “Con los trabajos que continuaron se bajaron dos metros y ya no hay riesgo”, agregó.
Sin embargo, la Dirección de Riesgos habría levantado información con los habitantes de los inmuebles cercanos a la quebrada. “Habrá planes particulares y la Administración Zonal se reunió con los vecinos”, informó Esteban Cárdenas, comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito.
Acciones
Guarderas especificó que la quebrada ha sido una de las primeras en las que se tomaron acciones de mitigación. “Existen planes de contingencia en las quebradas, por eso existen estas estructuras”, insistió.
Zevallos agregó que, luego del rescate de los cuerpos, las labores de limpieza continuarán puesto que para llegar al lecho de la hondonada todavía faltan 15 metros. “Es importante tener en cuenta que la gente también bota escombros a las quebradas y se talan árboles de la ladera para construcciones ilegales”, finalizó.