Exclusivo
Actualidad

Marco Caizapanta sobrevivió al accidente en la vía a Samborondón.Christian Vinueza

“Santiago era nuestro mentor, él nos cuidaba”

Marco Caizapanta sobrevivió al accidente en la vía a Samborodón, donde falleció su amigo. Ambos iban en sus bicicletas cuando un carro los embistió

Estaba inmóvil, en posición fetal sobre el pavimento. Alguien se le había acercado, segundos después de que su cuerpo se estampara en la vía a Samborondón, para pedirle que no se moviera hasta que llegara una ambulancia.

Marco Caizapanta solo movía los ojos, tratando de entender lo que le había ocurrido. Esa misma persona, que vio cómo un carro lo levantó en el aire e impactó a su amigo Santiago Jaramillo, también le vaticinó que su compañero de ciclismo “estaba mal”. Santiago moriría segundos después. 

Eran las 23:00 del lunes 17 de agosto de 2020 cuando Marco y Santiago fueron embestidos por un vehículo mientras iban sobre sus bicicletas con dirección La Puntilla-La Aurora, en la entrada a la isla Mocolí. 

A Marco, el impacto le dejó parte del costado derecho de su cuerpo con moretones y raspones, además del dolor de la muerte de su mentor de ciclismo, su amigo Santiago.

Es sábado 22 de agosto. Han pasado cinco días del accidente de tránsito y Marco se recupera en su casa, ubicada en Ciudad Celeste, en Samborondón. Usa una pantaloneta gris que deja ver incontables laceraciones en sus piernas.

Recostado en su cama recuerda, sobre el hecho, que nunca sintió un impacto. Solo notó un impulso fugaz que lo separó de su vehículo y lo hizo ‘volar’ en vertical. Cree que dio vueltas en círculos en el aire, porque las luces iban y venían frente a sus ojos aturdidos. Aunque fueron unos segundos, mientras se elevaba él percibía que el tiempo pasaba en cámara lenta.

Pudo pensar, por ejemplo, que desde que empezó a hacer ciclismo de ruta, en febrero pasado, siempre sintió miedo de circular por la entrada a la isla Mocolí. Ese tramo lo aterraba porque los carros pasaban a alta velocidad y es oscuro. Marco tuvo tiempo, incluso, de atinar a encogerse para que el golpe de la caída lo afectara menos. Y así lo hizo, cayó en posición fetal y el mayor impacto lo recibió su glúteo derecho.

Santiago instó a tres amigos más a que se unieran a rutas de ciclismo.Cortesía

Abrió los ojos, que apuntaban en dirección a La Puntilla y solo vio restos de bicicletas sobre el asfalto. Pensó en Santiago, porque esperó escuchar su voz. Nada. Hubo silencio. “Yo imaginé que él estaría bien. Santiago era el más fuerte de todos. Todo el tiempo esperé que él fuera el que me llegara a socorrer. Pero él nunca se levantó”, relata.

Su amigo, el risueño, el buena gente, el artista, el de las cualidades innumerables, había llevado la peor parte y agonizaba a unos metros suyos, a sus espaldas, pero él no lo sabía.

Fue Santiago el que le contagió esa pasión por el deporte. Fue quien lo invitó a descubrir el ciclismo de ruta y quien lo arengaba, junto a dos amigos más, a practicar esta actividad cuatro veces a la semana.

La rutina era la misma: salían de sus casas, se encontraban en Plaza Batán en el kilómetro 9 de la vía a Samborondón, se dirigían hasta La Puntilla, daban la vuelta y terminaban en la misma plaza. El recorrido les tomaba una hora o, si se bajaban a hidratarse y conversar, hasta dos.

“Santiago era nuestro mentor, él nos cuidaba. No salíamos si no teníamos todo el equipo completo, todas las seguridades, las luces. Todo. Era muy responsable. Él practicaba todos los días. Si a nosotros nos dolía el cuerpo, él se iba a entrenar solito”, recuerda mientras se acomoda lento sobre sus almohadas.

Santiago Jaramillo tenía 33 años.Cortesía

Ese día salieron los dos. Cinco minutos antes del accidente, que ocurrió cuando ambos iban de regreso a casa, en la parada de un semáforo hablaron sobre comprar más ropa especial para hacer ciclismo. No volvió a escuchar la voz de su amigo, a quien conoció en 2016 a través de un videojuego en línea.

Marco calcula que luego del impacto pasó 30 minutos acurrucado en la vía, hasta que llegó una ambulancia. Su amigo estaba a sus espaldas y no podía verlo. El silencio fue mutando. Primero era la voz solitaria del testigo que le pedía que aguantase. Luego, la de más desconocidos que rumoreaban y recreaban lo que había ocurrido con los ciclistas.

Una de esas voces resaltó, porque dijo una frase que no hubiese querido escuchar: “Él está bien, pero el otro ya falleció”. Marco prefería el silencio. Cuando al fin llegaron los rescatistas y lo colocaron sobre una camilla, lo primero que vio fue que a Santiago lo habían cubierto con una sábana. Fue todo, ahí confirmó que había muerto.

Asegura que no dejará el ciclismo de ruta. Es una deuda con Santiago. Así como también seguir luchando para que su muerte no quede en la impunidad. Le prometieron revisar las cámaras de videovigilancia en la zona, pero lamenta que ninguna autoridad lo haya contactado como sobreviviente del accidente.

A los ciclistas, que aman esta actividad por deporte o como medio de transporte, les pide que cada vez que se suban a su vehículo, se aseguren de contar con todos los equipos de seguridad y que luchen por una ciudad más amigable y respetuosa para ellos. Y a los conductores, les insta a ser más empáticos, porque por un descuido o irresponsabilidad pueden llevarse más vidas.

Mira su celular y encuentra un video que grabó de la última vez que Santiago estuvo en su casa, el 10 de agosto, compartiendo un asado. Allí le habría prometido enseñarle a tocar guitarra, una deuda que seguro también le cumplirá a su amigo, el más amable, el que siempre tenía una sonrisa, el más cuidadoso, y el que no merecía morir, pero que lo hizo haciendo lo que ama.

La bicicleta de Marco quedó afectada.Cortesía

No hay cámaras de Municipio o del ECU

La indagación del deceso de Santiago Jaramillo aún tiene mucho por delante. El ECU911 confirmó a EXTRA ayer que las cámaras de la entidad no están cercanas al lugar donde ocurrió el accidente.

De allí que la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) haya solicitado a las urbanizaciones cercanas los videos registrados con los equipos de seguridad de las inmobiliarias del sector.

El ECU911 aseguró que las cámaras cercanas al lugar del fallecimiento servirán para la investigación. Entre tanto, una fuente municipal de Samborondón explicó que el Cabildo espera contratar equipos de videovigilancia en la zona, pero que la pandemia ha atrasado ese plan. (BIMP)