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Este es el altar que supuestamente encontró la policía en el pabellón de alias Fito.Cortesía

¡La Santa Muerte tenía un rinconcito en la cárcel de Guayaquil!

La policía supuestamente halló un altar en el pabellón donde está alias Fito, líder de Los Choneros. Experto dice que significa suerte y resguardo. Usualmente antisociales hacen sacrificios humanos como ofrendas y, por eso, en las cárceles se ven decapitaciones.

Dentro del pabellón donde está recluido José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el líder de Los Choneros, este tendría una sola celda para él, con acondicionador de aire y hasta un “clóset enorme”.

Pero además de armamento y hasta plantas de marihuana, la policía, que ingresó la mañana del sábado 2 de octubre a la Cárcel Regional de Guayaquil encontró, supuestamente, un altar a la Santa Muerte.

En la gráfica, difundida por una fuente policial que no quiso ser identificada, se ven dos calaveras (una amarilla y otra negra), con un pan, una botella llena de líquido, naipes, lo que parece ser un rosario y una cadena con una imagen. Todo en una especie de altar con luces.

Esto, en una serie de operativos que se realizaron tras la masacre carcelaria más grande de la historia del país, ocurrida la semana pasada en la cárcel 1, antes conocida como Penitenciaría del Litoral, y que hasta ayer había dejado a 119 privados de la libertad asesinados.

El maestro Albert, el Brujo del Amor, quien es chamán, tiene un altar similar. Explica que tuvo que haberlo levantado alguien que practica la santería y que no es otra cosa que un santuario de suerte y protección.

Albert detalló que en la gráfica resaltan las dos ‘calacas’. “La amarilla sirve para atraer todo lo bueno, prosperidad, dinero, fortuna y que los negocios no salgan mal. La negra significa protección, los protege de los enemigos que tienen alrededor de ellos”, explica.

Levantar este tipo de altares, que son originarios de la cultura mexicana, requiere compromisos y sacrificios, detalla. “La Santa Muerte es un ente de protección, siempre y cuando se le lleve algún sacrificio al altar: rezos, fumas de cigarro, ponerle trago, frutas...”, detalla. Y todo esto se realiza los lunes, que es cuando se la adora a nivel mundial porque es el ‘día de ánimas’ y se hace el ritual de la ofrenda.

Aclara que este tipo de procedimiento no necesariamente implica algo malo. Depende de la petición, el sacrificio y el problema a resolver.

Comenta que en el peor de los casos y según el pedido que se efectúe, hay quienes le ofrecen almas o sacrificios humanos. “Por eso a veces vemos estas guerras sanguinarias, porque quienes comandan esta situación ofrecen eso. Son, incluso, promesas, al ofrecer tantas almas”, indica y reitera que no todos los seguidores de la Santa Muerte hacen sacrificios malos.

“No es un ente maligno, sino de protección, pero por lo general quienes lo hacen en la cárcel lo utilizan para cuestiones ligadas a delitos. Por eso se ven decapitaciones, a personas que les sacan el corazón...”.

Si no se le cumple...

El experto advierte que, de no cumplir con lo ofrecido a la Santa Muerte, esta se puede ‘voltear’ y ‘marcar calavera’, como ellos dicen, que quiere decir que ella “se los lleva”.

Añade que en la imagen aparece un pan porque es usual que le ofrezcan comida. El maestro Albert conjetura que quien haya levantado el altar está “bien protegido”, si es que ha cumplido las ofrendas.

“Por ejemplo, si el altar se encontró en el pabellón de Fito, quizás a él lo hayan querido matar y no han podido porque tiene esa protección”, reitera.

  • ‘Narcosantos’ están en el radar de las fuerzas del orden en EE. UU.

En México la conocen como la Niña Hermosa e incluso las autoridades están tras este tipo de altares porque se los ha ligado a la narcocultura. El poder de convocatoria de la Flaquita o la Niña Blanca, la efectividad de sus milagros y la enorme protección que ofrece le han otorgado un lugar divino de excepción entre los criminales y cárteles de la droga.

“La Santa Muerte y otros narcosantos específicos del folclor mexicano han estado cada vez más en el radar de las fuerzas del orden estadounidenses en la última década”, explicó a EFE Robert J. Bunker, profesor adjunto de Investigación del Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de los Estados Unidos (USAWC).