Los tipos de suelo, el clima y el agua están entre las principales claves para la producción de aguacate en la provincia de Santa Elena.

La primera exportación de la fruta cultivada en esta zona que fue llevada al mercado español llenó de gran expectativa a los agricultores peninsulares.

Al inicio, las plantaciones fueron sembradas en el área de la comuna El Azúcar, después siguió la localidad de San Rafael y recién ha empezado a plantarse en la población de Sayá. Los expertos consideran que entre más alejados sean los cultivos de la costa, la producción será mejor.

“El área salina complica el desarrollo de la planta y por ende al fruto, de allí que las comunas en donde ya se está produciendo, son las que están más distantes del mar”, relató el técnico agrícola Frederis Borbor, quien está al frente de una hectárea de aguacate en Sayá.

Hasta el momento ya suman 150 las hectáreas en donde se produce aguacate de la variedad Hass, cuyo peso y tamaño (130 a 240 gramos) es el ideal para el mercado internacional. Omar Núñez, quien labora en fomento productivo de la Prefectura de la Península, indicó que la proyección es producir 10.000 hectáreas de aguacate en esta región.

El ingeniero agrónomo Mario Lappo dijo que Santa Elena tiene en el clima un factor agregado debido a que en este sector existe más tiempo de hora luz, eso hace que en la época fría el fruto se pueda desarrollar mejor y en el calor madure de manera idónea.

Lappo recomienda que las plantas deberán sembrarse con dos metros de separación cada una, la fertilización debe ser al follaje y suelo, además del control fitosanitario permanente, “así la planta podrá producir hasta dos veces por año”, manifestó.

El aguacate en los suelos de Santa Elena empieza a producir después de 18 a 24 meses de su siembra, cada mata tiene un promedio de vida útil de 25 años y la cantidad de frutos que puede dar cada planta oscila entre 300 y 500 aguacates por ciclo, esto dependerá del tamaño de cada mata.

Jardín genético

El agricultor Andrés Villamil dijo que el crecimiento de la producción de la fruta es una realidad y lo es más ahora que la Península cuenta con el primer jardín genético para semillas de aguacate en el Ecuador, la certificación fue entregada la semana pasada por la ministra de Agricultura, Tanlly Vera.

“Es un proceso de injerto que garantiza una mejor productividad y es hecho en Santa Elena. Los agricultores de esta zona y de otras partes del país podrán acceder a las semillas”, señaló Villamil, quien resaltó la inversión del empresario chileno Peter Roderick Maclean, quien logró conseguir el propósito.