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El Sambódromo de Río reabre sus puertas tras dos años de silencio por covid
Las escuelas de samba del Grupo Especial, cuyos desfiles son considerados el mayor espectáculo del mundo al aire libre, vuelven a retumbar entre la noche del viernes y la madrugada del domingo.
Los tambores de las escuelas de samba del Grupo Especial, cuyos desfiles son considerados el mayor espectáculo del mundo al aire libre, vuelven a retumbar entre la noche del viernes y la madrugada del domingo en el carnaval de Río de Janeiro tras dos años de silencio por la pandemia de la covid.
Las 12 escuelas de esta especie de primera división, cada una con unos 4.000 músicos y bailarines lujosamente disfrazados y exhibiendo grandiosas carrozas alegóricas, tendrán un mínimo de 80 minutos para atravesar los 700 metros del sambódromo y mostrar que la ciudad más emblemática de Brasil dejó atrás la pandemia.
Cuando la premiada Beija Flor se presentó en el sambódromo en la madrugada del 25 de febrero de 2020 y pusó fin a dos noches de desfiles de las escuelas del Grupo Especial, nadie esperaba que el templo del carnaval cerrara sus puertas por dos años.
Días después del desfile de Beija Flor, cuando los casos de coronavirus comenzaron a multiplicarse, el Gobierno brasileño declaró la emergencia nacional por la pandemia y las medidas de distanciamiento social inmediatamente inmovilizaron a todos los protagonistas del carnaval en Brasil.
Con Brasil como uno de los países más castigados por la pandemia en el mundo (hoy con 30,3 millones de contagios y 662.414 muertes por covid acumuladas hasta el miércoles), la Alcaldía de Río de Janeiro canceló el carnaval de 2021.
Fue la primera vez que el evento fue cancelado desde que Río organizó su primer baile oficial de carnaval en 1840. En dos ocasiones la fiesta llegó a ser aplazada (1892 y 1912) pero nunca cancelada, ni cuando el país enfrentó la pandemia de la gripe española (1919) ni cuando el Gobierno lo propuso durante las dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945).
El carnaval de 2022 también llegó a ser cancelado en enero, cuando la variante ómicron provocó una tercera ola en Brasil con números récords de contagios, pero la Alcaldía dio un paso atrás y, con la previsión de que la emergencia sanitaria estaría superada, anunció que las escuelas de samba desfilarían en abril, con dos meses de atraso respecto a la fecha habitual.
La previsión se cumplió y hoy las cifras de contagios y muertes por covid en Brasil están en niveles muy próximos a los del comienzo de la pandemia, con un promedio de 100 víctimas y 14.000 casos por día.
Pese a ello, Río solo autorizó los desfiles en el sambódromo, en donde se puede limitar el acceso a las personas que cuenten con su certificado de vacunación, y prohibió los desfiles de los blocos (comparsas), que atraen a millones de personas para sus presentaciones espontáneas en las calles.
La decisión no impidió que cerca de 50 blocos, de los cerca de 500 que animan cada año a Río, hayan decidido desfilar entre este jueves y el próximo domingo, cuando Brasil vive un festivo extendido, con lo que repetirán las presentaciones "clandestinas" con que animaron al público en febrero pasado.
Lo mismo ocurrió en Sao Paulo, donde este jueves algunos blocos se lanzaron a las calles con sus tambores seguidos por miles de personas.
Tras dos años de silencio, Río ha disfrutado en 2022 prácticamente dos carnavales. Lo mismo ocurrió las dos veces en que las autoridades intentaron aplazar la fiesta por algún motivo.
Tanto en 1892, cuando las autoridades alegaron que era más saludable realizar la fiesta en junio, y como en 1912, cuando la muerte del popular barón de Río Branco provocó conmoción nacional y