Una casa con piscina y amplios espacios de recreación, situada en el exclusivo y turístico barrio de Costas del Garraf, en Tarragona, una ciudad portuaria de la región de Cataluña, al noreste de España, fue durante más de un año el escondite perfecto de los hermanos William Joffre y Alex Iván Alcívar Bautista, cabecillas de uno de los grupos criminales más temidos de Ecuador: Los Tiguerones.

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William, conocido como Negro Willy, y su hermano, alias Ronco, salieron de Ecuador en septiembre de 2023 utilizando documentos falsos y con identidades que no les correspondían, según información de la Policía.

El teniente coronel Luis Cano, jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), explicó que los hermanos esmeraldeños entraron a España haciéndose pasar por venezolanos.

“Ellos viajaron a España poco después de la captura de su padre, William Alcívar, en agosto de 2023. Vivían en una zona exclusiva de Barcelona, rodeados de lujos, cerca de la playa, y se desplazaban en vehículos de alta gama como BMW, Mercedes Benz y Land Rover”, detalló Cano.

Junto a los hermanos Alcívar vivían tres personas más: una mujer, que aparentemente era pareja de William, también conocido con el alias de Comandante Willy, y dos hombres, uno de nacionalidad ecuatoriana y otro colombiano. “Ellos actuaban como sus escoltas, brindándoles seguridad, pero no fueron detenidos porque sus documentos estaban en regla”, añadió el jefe de la Unase.

En España, William y Álex eran propietarios de una empresa de encomiendas y transporte, una fachada que utilizaban para ocultar sus actividades ilícitas, las cuales seguían controlando desde el extranjero.

“No tenemos información precisa sobre cuándo comenzaron sus actividades económicas en Europa, pero la Guardia Civil de España está investigando. Los veníamos siguiendo desde finales de 2023. La captura se logró gracias a la cooperación con autoridades de otros países, e incluso un equipo de nuestra unidad viajó a España y aún sigue trabajando allá. Mientras ellos disfrutaban de una vida de lujos, su gente en Ecuador vive atrincherada en medio de la violencia”, señaló Cano.

El general Fausto Buenaño, subcomandante de la Policía Nacional, agregó que los alias Negro Willy y Ronco, cuando estaban en Ecuador, operaban desde el barrio La Guacharaca, en Esmeraldas, una de las zonas más peligrosas de la provincia.

Ambos hermanos trabajaron como guías penitenciarios antes de convertirse en líderes de Los Tiguerones. William es el cabecilla principal, mientras que Álex ocupa el segundo lugar en la jerarquía de la organización, que tiene su base en Esmeraldas pero extiende su influencia a todo el país, especialmente en la zona de Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil.

“Están vinculados a atentados, como el ataque a TC Televisión, la colocación de coches bomba, el atentado a la Prefectura de Esmeraldas, donde murieron personas, y el asesinato de un fiscal. Su captura es un golpe significativo para una de las organizaciones más peligrosas del país, con vínculos con el cartel Jalisco Nueva Generación y con un grupo delictivo colombiano. Su principal rival en Esmeraldas son Los Gánsters”, concluyó Buenaño. (AEB)

Daniel Pontón, de la Facultad de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), afirmó que la captura de estos líderes criminales es una clara muestra de cómo las organizaciones delictivas ecuatorianas han logrado extender su influencia más allá de las fronteras, llegando no solo a países vecinos, sino también a naciones lejanas como España.

“La gran incógnita es cómo consiguen establecer estos vínculos y evadir la justicia. Este caso revela el alcance transnacional de estas redes criminales, lo que debe encender las alarmas en los países involucrados. Es muy probable que ya tengan presencia en otras regiones, tal como ha sucedido con los Latin Kings. Detrás de estas operaciones también hay un esfuerzo claro por eludir el control judicial en Ecuador”, sostuvo.

Pontón destacó además que la cooperación judicial entre los países ha sido efectiva y ha mostrado una buena coordinación. “No es la primera vez que ocurre, y eso representa un avance significativo en términos de colaboración internacional”, agregó.

Respecto a las posibles consecuencias tras la detención de los líderes de uno de los grupos más violentos del país, Pontón señaló que, aunque no se puede descartar la posibilidad de represalias, es alentador observar que en medio de la actual crisis los atentados terroristas han disminuido, en parte gracias al fortalecimiento de las capacidades de reacción del Estado. “Este refuerzo debe asegurar que no surjan nuevos mecanismos de terror que alteren la paz pública tras la detención de estos cabecillas criminales”, concluyó.

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