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Robo en Quito: El sujeto que se tragó una cadena de oro para evitar su captura
La Policía les seguía los pasos a los sospechosos desde hace más de un mes. Uno de ellos se ‘comió’ la evidencia. Ambos tienen historial delictivo.
La Fiscalía envió un oficio al Hospital Eugenio Espejo para que le practicaran una placa de imágenes del tórax y el abdomen a un sujeto que fue detenido en el Centro Histórico de Quito.
Horas antes, este individuo se habría tragado una cadena de oro frente a agentes de la Brigada Anticriminal, quienes lo aprehendieron como sospechoso del robo a una mujer.
La víctima, una profesora de medicina, sostenía dos helados y esperaba a su pareja, quien la recogería en su automóvil en la intersección de las calles Imbabura y Rocafuerte.
Sin embargo, antes de que él llegara, un sujeto se acercó y la observó de pies a cabeza. Según el testimonio de la afectada, ella creía que era un individuo indecente. “Me decía cosas raras. Pensé que era alguien que me estaba observando de manera inadecuada”.

Segundos después, otro sujeto se acercó, le arranchó la cadena de oro que llevaba en el cuello y corrió junto con el mirón con dirección al mercado de San Roque.
¿Cómo ubicaron a los presuntos delincuentes?
Agentes de la Policía se encontraban en el sector para analizar el movimiento de los dos sospechosos, a quienes les venían ‘pisando los talones’ desde hace más de un mes.
Según las denuncias que reciben en el distrito Manuela Sáenz, de tres a cuatro personas se acercaban semanalmente para alertar que fueron víctimas del hurto de sus joyas, bajo la misma modalidad con la que atacaron a la profesora de medicina.
Con esta información y las características de los presuntos delincuentes, los policías se ubicaron estratégicamente y fueron testigos del delito.

Atraparon a los dos sospechosos y les revisaron sus prendas. Uno de ellos tenía una pulsera de plata, un anillo dorado y, además, notaron que dentro de su boca estaba la cadena de oro de la afectada. Cuando intentaron sacársela, el sujeto se la tragó.
¿Dónde le encontraron la evidencia?
Los policías hicieron lo posible para que el detenido vomitara el accesorio, pero no lo consiguieron. Luego lo llevaron junto a su compinche a la Unidad de Flagrancia para iniciar el proceso judicial por robo.
Como parte de la investigación, el fiscal de turno envió un oficio a una casa de salud para que corroboraran que dentro del cuerpo del supuesto ladrón permanecía la cadena de oro, y en una radiografía se pudo constatar eso.

“Los médicos indicaron que no corría ningún riesgo de obstrucción intestinal y que la evacuación (de la prenda) sería de forma natural en algún momento”, consta en el informe.
La radiografía se adjuntó a las otras evidencias, como el testimonio de la víctima, el de su novio y una factura por 400 dólares que sería la prueba del costo de la prenda engullida.
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