El caso de Pedro estuvo por engrosar las estadísticas de la Fiscalía General del Estado (FGE) por robo de vehículos en Pichincha, la segunda provincia donde más se cometen estos delitos, superada solo por Guayas que ocupa el primer puesto.

El hombre, de 40 años, fue secuestrado la noche de este 24 de noviembre en Ponceano Alto, norte de Quito, cuando hacía una carrera, con una aplicación móvil, a los delincuentes que se hicieron pasar por clientes.

“La intención era robarle el automotor, una camioneta 4X4. Nos informaron del caso y se inició una persecución que terminó en el parque Cuscungo (sur de Quito)”, informó Cristhian Zambrano, subteniente del Circuito Chimbacalle que tomó procedimiento.

En ese lugar, los rateros chocaron a otros autos y huyeron por el parque, detalló el uniformado. “Nos organizamos y aunque nos dispararon esos malditos logramos recuperar el carrito”, dijo uno de los compañeros de la víctima.

Un incremento

Pichincha - en todo 2022- registró 2.347 robos de carros. Pero en el período comprendido de enero a octubre de ese año hubo 1.862 casos. En este 2023, asimismo de enero a octubre, la cifra subió a 2.175, lo que indica que hasta diciembre próximo probablemente los datos se incrementen.

Y en estas cifras está el caso de Nicolás Collaguazo, cuya pesadilla inició el 12 de octubre, luego de que unos delincuentes le robaran su camioneta 4X4. Esa fecha un primo suyo lo llamó para pedirle ayuda. “Se le poncharon las llantas y fui en mi camioneta a verlo”, rememora este joven, de 30 años. Era la madrugada y el desperfecto mecánico de su pariente se dio cerca de Carapungo, norte de la ciudad.

Para solucionarlo, Collaguazo manejó hasta cerca del intercambiador de la zona para preguntarles a los taxistas la dirección de alguna vulcanizadora que a esa hora estuviera abierta. “En ese momento, un Tucson plateado me cerró el paso y se bajaron cinco personas fuertemente armadas”. Los tipos lo obligaron a salir del carro, lo amenazaron de muerte y lo insultaron.

La víctima prefirió salvar su vida y no se opuso al robo. Con tristeza vio cómo el fruto de su esfuerzo se lo llevaron esos criminales cuya ubicación es incierta hasta ahora.

Los delitos

Christian Chicaiza es abogado y en lo que va del año, él y la firma a la que representa están patrocinando a siete víctimas de robo de vehículos. “Hemos determinado que la forma de operar de estas bandas es interceptar a las personas entre tres o más carros. Muchas de las veces los secuestran y se les llevan sus carros”.

En su experiencia con los casos que representa se ha definido el fin que tienen los automotores sustraídos. Chicaiza tuvo un representado al que le desvalijaron el carro y solo hallaron el chasís, por lo que presumen que el resto fue vendido.

El otro objetivo es usar los autos para cometer más atracos, como fue el caso de una camioneta en la que los ladrones se llevaron las máquinas de una panadería. “Pero el problema es que esa camioneta tenía una placa de otro carro más pequeño”.

Pero lo más preocupante es el tercer objetivo del que se aprovechan los criminales: la extorsión. Eso pasó con un famoso influencer que defiende Chicaiza, pero de quien se reserva su nombre por precaución. “Hace tres semanas, mi cliente le dio el carro a su representante para que llevara a su equipo de trabajo a sus casas. Cuando estaba por Carapungo fue interceptado por unos sujetos fuertemente armados”.

Los delincuentes raptaron al representante del chico mediático y lo abandonaron -con vida- por el sur de Quito. Luego de unas horas llamaron al dueño para pedirle cuatro mil dólares. Él depositó la plata, pero hasta ahora no ha recuperado el dinero ni el auto.

Los sectores conflictivos

El teniente Wilmer Fernández, miembro de la Unidad de Recuperadores de la Policía Judicial de Pichincha (PJ), indicó que los sectores donde más ocurren estos delitos son en el Distrito Eugenio Espejo, Manuela Sáenz, Distrito Tumbaco y Los Chillos.

“La forma de operar de estos sujetos es el estruche y el asalto a mano armada. A eso se suma que se está realizando el denominado paseo millonario, en el que se ejecuta un secuestro extorsivo, generalmente en el sector de Los Valles y por la avenida Simón Bolívar”.

A decir del oficial esta última avenida y también la avenida General Rumiñahui son los puntos más ‘frecuentados’ por los ladrones de autos por la poca iluminación y porque no hay cámaras de videovigilancia, ya sean de servicio público o privadas.

El teniente Fernández acotó que los modelos más robados son camionetas tipo BT50 de Mazda y las DMAX de Chevrolet. Mientras que en jeeps están el Kía Sportage y Hyundai Tucson. “Los delincuentes optan por esta clase de autos porque tienen gran espacio para llevarse muchos más artefactos al momento de cometer algún otro tipo de delito”, finalizó.

Pillos nocturnos y madrugadores

El caso de Pedro se registró a eso de las 22:00 del 24 de noviembre mientras que el robo a Collaguazo fue a las 02:00 del 12 de octubre. Según la FGE, tanto la noche (37,3%) como la madrugada (30,3%) han sido los horarios preferidos por los delincuentes para llevarse los vehículos en Pichincha, desde enero hasta octubre de este año. La mañana y la tarde suman el 12,9% y el 19,5%, respectivamente.

Lo contrario sucede cuando se trata de robarse autopartes. El Ministerio Público señala que la mañana y la tarde son propicias para desvalijar los automotores en Pichincha: del total de robos, esos horarios tienen un 20% y 22,9% cada uno.

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