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El Rincón del Misterio: ¡cuidado con los espíritus malignos que se hacen pasar por santos!
Estas almas pueden meterse en los cuadros o estatuillas de figuras divinas para dañar a los creyentes. Orarle a un muñeco significa destapar portales dimensionales.
Rosa Paucar acaricia el cuadro de la imagen del Niño de Isinche, un santo venerado en las comunidades rurales de Pujilí, provincia de Cotopaxi. Se santigua, une sus manos, cierra los ojos y, en silencio, levanta unas plegarias. Dice que la imagen es milagrosa, “pero también castiga”.
Según ella, el santo le ha cumplido favores, entre esos que tres de sus hijos se graduaran de militares. Sin embargo, la imagen también se enoja, dice.
Rosa, de 66 años, recuerda que estaba enojada porque el santo no le cumplía una solicitud. Entonces amenazó que si no le hacía caso dejaría de hacer una actividad familiar que había planificado.
Ese día, mientras pasaba por la iglesia de San Roque, en el centro de Quito, resbaló y se quebró la pierna izquierda. Expertos en temas paranormales explican que este tipo de fenómenos suceden cuando un espíritu maligno suplanta la personalidad del santo al que se le tiene devoción.
Succionadores del mal
El parapsicólogo Ricardo Mera indica que esto ocurre cuando el lugar en el que se realizan los rezos está contaminado con energía negativa.
Añade que orar a una escultura, cuadro, muñeco vudú, vela en forma de persona... significa destapar portales dimensionales, como con la ouija. “Es como abrir la puerta de un concierto. Entra cualquier cantidad de espíritus”.
En el caso de doña Rosa, según Mera, pudo haber sido un ente maligno que suplantó la personalidad y el comportamiento del Niño de Isinche y provocó el accidente.
El experto indica que estas entidades se aprovechan de la fe de los creyentes y los engañan. Pueden causar desgracias. “Existen demonios que se la pasan succionando la vida de la persona mediante las ofrendas que les hacen a las figuras”, explica.
Para desterrar a las almas malditas de las esculturas o cuadros, Mera recomienda no romperlas porque estas pueden entrar al mundo terrenal. Lo mejor es realizar una limpia con oraciones de poder o rituales de alta magia. “Si así no sale se deberá hacer una especie de exorcismo”.
Muñecos malditos
Gabriela Tacuri elabora duendes de cerámica. Según ella, es para atraer la buena suerte y abundancia en el hogar. Afirma que si no existe fe en la estatuilla pueden entrar “seres traviesos” que se hacen pasar por duendecillos y lastiman al propietario.
Milton Haro, hipnoterapeuta, explica que a estos seres se los denomina egrégores y son entidades que manipulan la mente de las personas.
Según el experto, estas se ganan la confianza de los creyentes al cumplirles ciertos deseos. Luego de generar una conexión “comienzan a drenar energía y a generar situaciones dolorosas de pánico, miedo y sufrimiento”.
Haro recalca que si no se realiza una purificación de la figura, el alma que está dentro de ella puede tomar un grado de posesión en el dueño. Lo recomendable es que una persona con conocimientos holísticos o con alto grado de espiritualidad la bendiga.