Una especie de nube de polvo que tenía la forma de un hombre bajó por las escaleras y se le acercó lentamente a Domingo Baena, del grupo de investigaciones paranormales Gipc Misterios, cuando ingresó al castillo de la Isabela, una edificación abandonada en el campo, a 12 kilómetros de la ciudad Córdoba, al sur de España.

En medio de la soledad, oscuridad y el silencio de la noche vivieron una escena de terror, al estilo de la película ‘Expediente Warren: El Conjuro’. En julio de 2015 fue la primera vez que acudieron al lugar.

Ante este escenario, que lo dejó sorprendido porque el sitio estaba desolado, sacó su grabadora para realizar una psicofonía, técnica que utilizan los investigadores para registrar sonidos y luego interpretarlos.

“¿Quién eres?, ¿por qué estás aquí?, ¿por qué te nos presentas?, ¿necesitas algo?”, fueron algunas de las preguntas que realizó Baena en el transcurso de aproximadamente una hora, mientras el espectro se desvanecía enfrente de él.

“Bajó y se plantó delante de nosotros y no hizo ningún movimiento. Un amigo fue conmigo al lugar. Yo pensé que no me había respondido, por eso solo nos quedamos en la planta baja, pero cuando analicé la grabación en mi casa escuché que nos pedía que subiéramos al primer piso, por las escaleras donde bajó. Su voz era grave y fuerte”, reveló.

Aquella experiencia ocasionó que se interesara más en esta edificación, que se construyó en 1871 y fue habitada por Ricardo Martel, el conde de Torres Cabrera, quien fue alcalde de Córdoba 2 veces, en 1864 y 1867, según el cronista Antonio Carbonell Laguna, presidente de la asociación cultural Puente de Alcolea.

Luego de tres meses, en octubre de 2015, Baena regresó al sitio en compañía de un grupo de personas que quería tener una experiencia paranormal y el conde se les presentó. Cuando llegaron al castillo, el espectro se asomó por unos segundos por una ventana de la primera planta.

“Regresamos al lugar con la intención de recorrerlo. Ni bien llegamos, vimos que el conde se asomó por una ventana del piso al que nos pidió que fuéramos. Entramos y llegamos a esa habitación, la cual fue su despacho de trabajo, donde siempre estaba”, acotó.

En el cuarto, Baena realizó una grabación con un spirit box, dispositivo de investigación paranormal que capta frecuencias y voces, y grabó la voz de una niña, que solo repetía su nombre: Clara. Esta vez el conde no les respondió, pero descubrieron otro espectro.

En 2016, hizo una ouija en el castillo. “Luego de más de un año nos dijo que era el conde de Torres Cabrera y nos repetía el año 1938, que sería la fecha cuando nació. Esa vez fui con dos compañeros especialistas, un hombre y una mujer, y nos dimos cuenta de que solo les responde a hombres, a las mujeres no les hace caso, no le responde nada y sienten ganas de vomitar en el castillo”.

Actualmente siguen visitando la edificación, pero el conde no les ha dado más información, solo se les presenta.

NO SE QUIERE IR

Domingo Baena, investigador paranormal, explicó que el conde es un espectro que está aferrado a su casa. “Hay entidades que no saben que ya no son seres vivos y no quieren abandonar el sitio donde vivieron en el plano terrenal. Una muestra de aquello es que nos invitó a subir a su despacho, espacio donde más actividad paranormal hay”.

Además, manifestó que la entidad no es maligna, pero no es recomendable acudir al castillo sin protección.

“Las entidades siempre buscan cuerpos para poseerlos, sin importar si su intención es buena o mala. Por eso que nosotros fuimos con objetos protectores y nos pusimos algodón mojado con alcohol en el ombligo para evitar que se nos meta, los espectros buscan este canal porque es el lugar por donde nos alimentamos por primera vez. Hasta ahora ha sido amigable”, aclaró.