Exclusivo
Actualidad

En las unidades intercantonales de Transportes Villamil no hay distanciamento entre pasajeros pese a los letreros que lo piden.Jorge Alvarado

El riesgo de Covid-19 se cuela en los buses

Por la necesidad de trasladarse y el afán de un mayor lucro en muchos transportistas urbanos y de carreteras no se toman las medidas de bioseguridad

El peligro del contagio de coronavirus también viaja en los buses de distintas ramas del transporte de pasajeros del país... y no paga boleto. Pese a que desde el 19 de agosto el COE Nacional aprobó que el aforo máximo del transporte interprovincial, intraprovincial, escolar e institucional, turístico e intracantonal pase del 50 % al 75 %, hay cooperativas de transporte urbano y por carretera que no han cumplido con esta disposición.

Pero el público, o mejor dicho, los usuarios, también hacen su parte en estas riesgosas travesías hacia algún detino turístico o simplemente hacia el trabajo o el retorno a la casa.

Este Diario constató que en los autobuses de Transportes Villamil, desde su terminal de Playas, todos los asientos son ocupados, lo cual anula los intentos de distanciamiento social, una de las medidas que se requieren para evitar la transmisión del coronavirus.

Ni miran al gel antibacterial

En las unidades de esta cooperativa que hace trayectos entre Playas y Guayaquil, existen dispensadores de gel antibacterial y letreros que piden el distanciamiento de al menos 2 metros entre pasajeros, pero lo cierto es que pocas personas toman en cuenta estos dispositivos.

"¡No pasa nada!", exclamó un pasajero que utilizó el vehículo N° 38, la mañana del 9 de septiembre, cuando una mujer reclamó al ver que todos los asientos estaban ocupados y no había separación alguna de personas que viajaban hacia la capital del Guayas.

En Playas, pocos parecen tener temor al virus en estos momentos, las rutas de buses interurbanas y con rumbo a la parroquia rural guayaquileña de Posorja también viajan al tope de su capacidad, especialmente en las horas pico.

La mascarilla no es suficiente

En Guayaquil y Quito ocurre lo mismo con buses urbanos, especialmente en las horas de mayor demanda hay pasajeros sentados y parados juntos, en casi todas las unidades populares. La gente lleva mascarillas, pero viaja junta y revuelta, lo cual, según los epidemiólogos, es suficiente condición para el riesgo de contagio de muchas enfermedades, que no se diga el coronavirus.

Por eso estos médicos especialistas recomiendan a los pasajeros del transporte público que por lo menos viajen sin hablar durante todo el trayecto