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Richard Barker aconsejó a Efraín que bajara el tono de lo que publicaba en redes: ¡“Bájale dos rayitas”! le dijo
El actor rindió versión ante el fiscal que investiga el crimen. Alvarito, uno de los sospechosos, habría dicho que solo querían asustarlo
Diez meses antes de que el presentador de televisión Efraín Alberto Ruales Ríos fuera asesinado, el actor Richard Barker le aconsejó que bajara el tono de los mensajes en contra de ciertos actos de corrupción a los que se refería en sus redes sociales.
Luego de la explotación del teléfono de Ruales, aparecieron los textos enviados por Barker en marzo pasado y es por esta razón que el también animador habría sido convocado la mañana de ayer al despacho del fiscal Víctor González, quien investiga el crimen del conductor de televisión, cometido el 27 de enero pasado en la avenida Guillermo Cubillo, en el norte de Guayaquil.
Barker reveló que parte del texto que le escribió a Ruales decía: “Bájale dos rayitas”. Afirmó que lo aconsejó porque lo consideraba su amigo y creyó que con lo que publicaba Efraín “estaba haciendo mucho ruido y polémica”.
El actor añadió que él y otros personajes del medio artístico han sido citados por la Fiscalía para que con su testimonio aporten a la investigación que se sigue por el asesinato del presentador de ‘En contacto’.
“He sido frontal en temas de corrupción y por eso he sido amenazado. Cuando le decía ‘bájale dos rayitas’, era específicamente para evitarle lo que estoy pasando. Hay gente que te critica, otras que te apoyan y otras que no te dicen nada”, manifestó Barker.
El actor, quien aseguró que teme por su vida y la de sus familiares, reveló que durante la diligencia, González le preguntó por el tiempo que conocía a Efraín y la relación que tenía con Alejandra ‘Caramelo’ Jaramillo, novia de Ruales.
No lo iban a matar
La noche del jueves último, a Jaime Ariel Uquillas Cruz, el segundo de los procesados por el crimen del presentador, le dictaron prisión preventiva por asesinato.
Según el acta de la audiencia de formulación de cargos, Uquillas, quien fue detenido horas antes en Lomas de Sargentillo (Guayas), fue quien arrojó el arma al estero Salado, en el sur porteño.
Un día antes también fue procesado por su presunta participación en el crimen Álvaro Bolívar Cagua Andrade, alias Alvarito, quien fue detenido en el cantón Rioverde, provincia de Esmeraldas.
Durante la audiencia de formulación de cargos, Alvarito se acogió al derecho al silencio. Sin embargo, una fuente policial reveló que durante su traslado el sospechoso habría manifestado: “La orden no fue matarlo, sino asustarlo”.
El fiscal González informó que Alexis Paúl Casquete Villamar, detenido el pasado 5 de febrero y procesado por el robo del vehículo del que le dispararon a Ruales, también será procesado por este asesinato.
Otra fuente policial reveló a EXTRA que el día del crimen, el carro Grand Vitara azul en el que se movilizaban los asesinos era conducido por Casquete y que junto a él, en el asiento del copiloto, iba Alvarito. “Este habría sido quien disparó”, informó el investigador.
La misma fuente dijo que en el asiento posterior del carro iba sentado Achiote, otro de los citados por Casquete en su versión a la Fiscalía.
Tanto el fiscal González como el teniente coronel en servicio pasivo Jhonny del Salto coinciden en que el sicario proviene de una familia disfuncional, generalmente con antecedentes de violencia, delincuencia y abuso intrafamiliar desde su infancia.
“Son jóvenes cuya vida se desarrolla dentro de un ambiente delictivo violento, en sectores urbano-marginales, especialmente en las provincias de Guayas, Los Ríos y Manabí”, sostuvo el exoficial de la Policía.
El fiscal añadió que los sicarios son reclutados desde los 14 años. “Primero los mandan a robar y a expender sustancias ilícitas, luego a asesinar”.
Del Salto también dijo que el sicario ecuatoriano sigue el mal ejemplo de jóvenes criminales de otros países como México y Colombia, y que se va perfeccionando cada vez más a través de medios de comunicación, Internet o series televisadas.
“Incluso se estarían formando en escuelas clandestinas de sicarios, en terrenos baldíos cerca de las ciudades, donde adquieren la destreza necesaria para movilizarse rápidamente en motocicletas o cualquier otro vehículo”, señaló Del Salto.