Exclusivo
Actualidad
¡El Rambo que cuida carros camina por el barrio América!
Se trata de un singular personaje que recorre las calles de este sector quiteño. Es un hombre de 58 años que se dedica a cuidar carros. Lo hace vistiendo atuendos policiales y militares.
Manuel Lignia utiliza un casco de motocicleta, pero no tiene una. Se viste con una chaqueta del Ejército y porta un tolete, pero no es militar ni policía. Este hombre, de 58 años, se viste así para cumplir una tarea sencilla, pero importante para él: cuidar carros en el barrio América, en el centro-norte de Quito.
Siempre quiso pertenecer a cualquiera de las dos ramas de la Fuerza Pública. Sin embargo, “mi papacito no tenía dinero, cuando cumplí 20 años me dijo que viera por mí mismo”.
Lignia, flaco, con melena y una barba entrecana, recuerda que se fue ilusionando a la conscripción. Aunque para su mala suerte, unos días antes había tenido una pelea con un tipo que le dio un palazo en su pierna izquierda. “Cuando me presenté se dieron cuenta de que tenía una lesión y no me aceptaron”, lamenta, mientras se alista para su trabajo.
Un personaje colorido
Con la pena a cuestas, a Lignia no le quedó más que dedicarse a la albañilería hasta cuando llegó la Covid-19, en 2020. La pandemia no le permitió conseguir obras y decidió probar suerte como cuidador de carros.
Fue entonces que no quiso quedarse ‘picado’ y se vistió con todos los colores de la Policía y el Ejército, como si fuera un Rambo. “Hay días que vengo como militar, otras con un chaleco de agente de tránsito”, narra mientras jala su coche de madera.
Él mismo fabricó ese fortín rodante con pedazos de tablas que hallaba en la calle. Lo usa para llevar unos palos que le sirven como conos viales y un banco plástico, sobre el que pegó un carro de policía de juguete.
Con esos artilugios se para en las zonas de parqueo y separa los espacios para que entren los autos. El precio por sus servicios depende de la voluntad de los conductores. “Parece que me tienen envidia porque siempre me han querido sacar de aquí, pero yo no me dejo amedrentar”, espeta.
Esa suerte de quiosco ambulante tiene un techito plástico para protegerse de la lluvia. Rambo muestra con orgullo dos parlantes unidos con tornillos donde sintoniza siempre la emisora de la Policía Nacional.
Están pintados con los colores de nuestra bandera (amarillo, azul y rojo) y sobre estos ha colocado un Maneki-neko de plástico, el famoso gato dorado que mueve su pata. “Es para atraer la buena suerte”.
Junto a la figura hay una pequeña esfera terráquea. Comenta que la tiene “porque quiero que la gente sepa que vivo en mi propio mundo”.
Las frases que le gustan al ‘duro’ del parqueo
A Lignia le gusta distinguirse tanto con sus prendas como con sus frases que las pone sobre estas.
En el casco tiene un sticker jocoso, sin sentido quizás: “Sí te ve, sí te escucha, jefe de Policía Argos. Hombre precavido vale por dos”.
Mientras que en su torso sobre el chaleco militar tiene una calavera con una boina roja, haciendo alusión a las Fuerzas Especiales del Ejército. “Comando, lo más sublime: Dios y mi Patria”, se lee.