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Quito
Quito: amenazó con arma de dotación policial para entrar a una discoteca
El guardia del local, en Quito, fue el más expuesto. La institución confirmó que le impondrá una sanción. Hay un proceso judicial iniciado en su contra.
Un hombre armado amenazó a los clientes de un bar situado en las calles Reina Victoria y Mariscal Foch, norte de Quito. El hecho quedó registrado en un video que se hizo viral en redes sociales.
El guardia de seguridad del local fue el más expuesto. Pues el sujeto lo apuntó directamente. Lo que llamó la atención fue que el tipo llevaba una chaqueta con la identificación de la Policía. Y la pistola sería de dotación de la institución.
Paola Montoya, abogada del celador, contó que todo empezó cuando aquel hombre –llamado Christian Bernardo– se rehusó a que el vigilante lo revisara antes de ingresar al bar. Primero hubo insultos –dijo– pese a que el guardia solo cumplía con su trabajo.
Media hora después, Bernardo regresó a la puerta de la discoteca, puesto la chompa de ‘poli’, y sacó el arma. En la grabación se observa cómo los clientes se apartan asustados.
Al final, “no disparó, pero sí rastrilló varias veces el arma”, sostuvo la abogada.
Bernardo y su hermano, quien lo acompañaba, habrían amenazado a todos los presentes a gritos. “Decían repetidamente que eran policías”.
SANCIONES
Poco tiempo después, otros uniformados que estaban de turno llegaron al sitio debido al escándalo. Y retuvieron a los ñaños inmediatamente.
Según el coronel Wilson Pavón, comandante del Distrito Metropolitano de Quito, se corroboró que Bernardo sí pertenece a la institución y tiene el cargo de cabo segundo.
“En ese momento tenía aliento a licor, se lo llevó con las autoridades y un juez inició la investigación previa”, manifestó el uniformado.
Como evidencias quedaron los videos captados por los transeúntes y sus testimonios. “Pese a ello, no se calificó la flagrancia y no quedó detenido el sospechoso”, comentó Montoya.
Sin embargo, el policía ‘pistolero’ tampoco se ha librado del todo. Pavón anunció que ya se iniciaron los trámites administrativos sancionatorios dentro de la institución, pues él no estaba de turno y no debía cargar el arma de fuego.
“Es parte de la ética profesional y las buenas costumbres que han sido trastocadas”, finalizó Pavón.
Montoya, por su parte, dijo que seguirán vigilantes del proceso judicial iniciado con los cargos de intimidación, puesto que no calificó como intento de asesinato durante la audiencia de flagrancia. Aún no se determina la sanción administrativa que tendrá.