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Quito
Maltrato animal: ¡Justicia para Sargento!
El sobrino de la dueña del perrito fue identificado como el presunto agresor. El pretexto para el maltrato fue que habría matado un conejo de la casa. Ocurrió en el sur de Quito.
Una de las funciones de Sargento, un cachorro mezcladito de pitbull, era el de “cuidar la casa”. Pero un error le costó un brutal castigo.
El perro fue maltratado brutalmente por un allegado de su dueña y alcanzó a escapar del hombre, que al parecer hasta quería rematarlo a palazos con una escoba.
El hecho se registró en un vídeo que circuló por las redes sociales. La mañana de ayer fue rescatado por la Fundación Acción Animal y funcionarios de la Unidad de Bienestar Animal (UBA).
Camilo Ramírez, representante de la fundación, contó a EXTRA que cuando llegaron por él a una vivienda, ubicada en Guamaní, en el sur de Quito, Sargento “se dejó tocar por los humanos, aunque con recelo”.
Su dueña lo entregó sin problemas, pero no sin antes alegar que no sabía del maltrato y que quien sale en el vídeo es su sobrino. “Dijeron que lo golpeó de esa manera porque mató a un conejo de la casa”, agregó Camilo.
Allí, además hay un criadero de pollos, cuyes y patos, por lo que Sargento convivía con ellos y como lo había dicho la dueña: “era quien la cuidaba”.
SIN JUSTIICACIÓN
Por ahora, Sargento, de unos cinco meses de edad, está siendo valorado tanto física como psicológicamente en el Centro de Atención Veterinaria, Rescate y Acogida Temporal (Cavrat) del Municipio.
La indignación por este caso no se hizo esperar en redes sociales, por lo que EXTRA, además, consultó con Oswaldo Caviedes, médico veterinario.
“No se puede justificar de ninguna manera tal agresión. Ahí (en el vídeo) no se ve que lo reprende nomás. Es violencia”, aclaró.
También explicó que era de esperarse que suceda un incidente entre el perro y un conejo, pues el instinto de caza de los canes persiste, a pesar de la domesticación humana. “Recordemos que vienen de los lobos, pero todo eso depende de la tenencia responsable de los humanos”, explicó.
Lo más probable, según el experto, es que Sargento estaba jugando y no midió sus fuerzas con un animal que generalmente es cazado, como el conejo. Sin embargo, nada se puede adelantar hasta que terminen los exámenes a Sargento.
“Lo del conejo no es motivo de maltrato. Si se lo comió es por hambre. Si lo mató solo por jugar podría pensarse que el perro esté estresado por falta de ejercicio”, opinó Gabriela Morales, comunicadora.
Ramírez concuerda con estos puntos de vista y considera que tener un perro como “guardia de seguridad de la casa” también es una forma de maltrato, puesto que los canes son animales “de compañía”.
Grace Morales, empleada privada, espera que Sargento no sea devuelto a la casa de sus maltratadores. “Si querían salvaguardar al conejo debieron tener seguridades para todos los animales”, acotó.
EL CASO
Según Andrés Tufiño, coordinador Técnico de la UBA, en la verificación del lugar de los hechos se comprobó que el animal mostraba signos de temor.
El presunto agresor podría enfrentar una sanción de 10 remuneraciones básicas, es decir 4.500 dólares, según el artículo 3390 del Código Municipal.
Camilo Ramírez buscará la adopción de Sargento para llevar personalmente el caso a instancias judiciales. “El hecho es que aquí la denuncia debe ser contra el agresor y no contra la dueña, por lo que el caso podría venirse abajo. Ya me estoy asesorando con abogados”, explicó.