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Quito
Cununyacu: piscina gratis, pero hay que madrugar
El aforo es de 5.000 personas y se llenó ‘al paso’. Funcionarios solicitan a los usuarios ir temprano. Ya hubo una estampida para entrar a la fuerza.
Luego de casi tres años de cierre por falta de mantenimiento, el balneario de Cununyacu, ubicado al nororiente de Quito, ha estado al tope durante el feriado de carnaval 2023.
“No esperábamos que haya tanta concurrencia. Por eso hemos tenido que cerrar las puertas”, dijo María Paz Coronel, administradora de la Zona Tumbaco.
En la entrada se colocaron cintas amarillas y varios agentes metropolitanos y de policía para los controles, pues la mañana del domingo al menos 400 personas entraron a la fuerza, a pesar de que les dijeran que “ya estaba lleno”.
“Afortunadamente no hubo heridos ni daños al espacio, tampoco los podíamos sacar, así que solo tuvimos que vigilar las instalaciones”, agregó la funcionaria.
RECREACIÓN
Este sitio ha sido característico del entretenimiento quiteño, por eso el Cabildo, con el afán de incentivar el turismo interno, anunció que este 20 y 21 de febrero la entrada sería gratuita.
“Sábado y domingo sí se cobró entrada y lo recaudado se destina para el mantenimiento del sitio”, informó Coronel. Se tiene dispuesto, además, varios números artísticos, así como una feria de emprendimientos.
Con una inversión total de 900.000 dólares se recuperaron: 7 piscinas, una cancha de fútbol (césped sintético, dos canchas de vóley, cambiadores, baños, los quioscos de ventas y el bloque de administración.
“La intervención fue intensa, pues hasta habían crecido árboles dentro de las piscinas. Todo a raíz de la pandemia”, explicó la administradora.
SE QUEDARON AFUERA
Ayer no hubo estampidas, solo gente que se quedó en la entrada esperando a que salgan los que entraron primero para ver “si los dejaban pasar”.
“Esperamos casi una hora, pero vemos que incluso ya mismo cierran”, contó Magdalena Santos, una madre de familia que llegó desde Guamaní, en el sur de la urbe.
El trayecto les tomó una hora y con sus hijos buscaba otra alternativa. “Vamos a ver en La Moya”, agregó.
Diana Santos y su familia también se ‘pegaron’ un ‘chascazo’ cuando los gendarmes no les permitieron el paso. “Debimos venir temprano para coger sitio”, dijo la ciudadana que llegó desde Yaruquí, en el nororiente.
“El viaje de al menos una hora para nada”, reclamó.
La administradora solicitó a los usuarios que “procuren llegar temprano”, pues las puertas se cierran en cuanto se llena el aforo. “Si se sobrepasa simplemente no podemos garantizar la seguridad de los usuarios”, explicó.
El horario de atención es de 06:30 a 15:00, así que a las 13:00 se empiezan a vaciar, de a poco, las piscinas.