Transitar por la calle Venceremos es todo un reto para los vecinos de seis barrios del sur de Quito. Desde hace unos dos años, la vía, de 3 kilómetros aproximadamente, no ha recibido mantenimiento.

Esto, según los moradores, ha causado que incluso se vuelva más insegura la zona, pues los pillos aprovechan que los vehículos van más lento para arranchar las pertenencias de sus ocupantes.

Hugo Muyulema hace carreras en su taxi y es uno de los más afectados. “Encima que hay que circular con los vidrios cerrados, toca gastar en los repuestos”, comentó.

La carretera une a los barrios Edén del Sur, La Cocha, El Conde I y II, Capulí y El Blanqueado. “Es la única conexión, por eso también hay carga vehicular pesada”, agregó.

Por allí circulan volquetas, camiones de hidrocarburos, buses y vehículos pequeños. ¡No hay asfalto que aguante!

Que se acuerden

EXTRA se comunicó con la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) para consultar si esta vía es parte del Plan de Repavimentación anunciado por el Cabildo.

Hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta. Sin embargo, los moradores de esta zona exigen ser incluidos en este proyecto.

“Vemos que arreglan solo las calles del centro, pero no se acuerdan de los pobres”, reclamó María Yuquilema, quien vive en La Cocha desde hace 35 años.

Ella ha visto el avance del sector, pero también su estancamiento en cuanto a obras se refiere. “Hace años pavimentaron la calle principal, pero las transversales son intransitables”, agregó.

Muyulema, por su parte, señaló que el último bacheo que recuerda fue en la administración del exalcalde Jorge Yunda, pero que fue “tan malo” que solo bastaron unos días de lluvias para que el asfalto se volviera a desprender.

“El último mantenimiento bueno habrá sido, al menos, en la alcaldía de Paco Moncayo, si no recuerdo mal”, dijo Gloria Herrera, también moradora de La Cocha.

Intransitable

A todos los dolores de cabeza que representa esta vía se suma que quienes deben caminar tramos pequeños y deciden ir a pie se arriesgan a caer.

“Nunca hubo veredas, nosotros también debemos ir esquivando los baches”, espetó Herrera.

A los lados de la calle se ha formado una especie de canal que impide transitar sin el riesgo, además, de ser atropellado por algún vehículo.

Esto sin contar con que algunos adoquinados de las transversales están incompletos y ni las carretillas pasan por ahí.