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Quito
Familia busca sus raíces luego de un secuestro
Un abuelito fue separado de sus hermanos hace más de 80 años. Sus hijos y nietos quieren hallar al resto de la familia que estaría en la zona de Intag, en la provincia de Imbabura.
Los Flores están buscando al resto de la familia, que hace unos 85 años se separó por un secuestro. La búsqueda se ha basado en los recuerdos de Segundo José Flores, un hombre de 90 años, cuyos hijos, nueras y nietos se han empeñado en darle un reencuentro con sus raíces.
El abuelito vive en una finca cercana a La Concordia, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, pero quienes viven en la capital son los encargados de todo. Segundo Flores, uno de los siete hijos del adulto mayor, incluso ha mandado a hacer un cartel con el que han recorrido varios sitios de la provincia de Imbabura, de donde es oriundo el patriarca.
“Nos contó que es de Intag o de alguno de los pueblos cercanos”, comentó Segundo.
Pero todo parte de una historia que parece sacada de una película. Cuando tenía aproximadamente cinco años, José y sus cuatro hermanos quedaron huérfanos de padre y madre, aunque no se conoce la causa de sus muertes. Según sus relatos, los chicos pasaban con familiares o en la calle, pero José fue raptado por una mujer. “Dijo que estaba jugando, que le ofrecieron caramelos y él se fue”, explicó el hijo.
De ahí solo recuerda que lo metieron en un cuarto oscuro y que luego fue llevado a San José de Minas y de allí a Otavalo. “No le hicieron daño, según recuerda. Creemos que se lo llevaron para trabajar”, agregó Franklin Llanos, nieto de José.
De ahí, en busca de trabajo para sobrevivir, llegó ya joven a Quito, específicamente al barrio El Tránsito, donde conoció y se enamoró de la mujer con la que formó su familia. Juntos se fueron a la zona de La Concordia para trabajar.
SIN NOMBRE
Allí tuvo un patrón que, para contratarlo, necesitaba sus papeles. No tenía. Ni siquiera estaba inscrito. Lo único que recordaba era los apellidos Flores y Viñachi. Sabía que eran de sus padres, pero tampoco se acordaba cuál era primero. “Al señor le gustó el apellido Flores y le dijo que así se llamará”, contó Segundo.
Fueron a la autoridad competente y su nombre quedó como José Segundo Flores. Su edad también es aproximada, pues se desconoce en qué fecha nació.
ALGO DE RESULTADOS
Luego de las averiguaciones lograron un primer encuentro con los hijos del hermano mayor de José. “Tuvimos que preparar a mi papá con antelación, porque al principio estaba renuente. Creo que estaba un poco resentido porque creyó que no lo buscaron”, contó Segundo. Pero no fue así, hace unos meses se enteraron de que sí estaban tras su rastro pero, como José dejó de trabajar en la finca de su patrón anterior, perdieron de nuevo la pista.
Eso motivó la búsqueda. Los Flores recorrieron las zonas de Apuela, Cuellaje, Peñaherrera y Otavalo. Cuando encontraron a una parte de la familia supieron que el primer apellido de José era Viñachi y que se perdió el rastro del resto de hermanos. “Eran niños, pero todos ya tenían más conciencia que mi papá porque él era el menor”, dijo Segundo.
Es por eso que no pierden la esperanza de hallar a los demás, de saber el resto de la historia de la familia. “Cuando nos conocimos con nuestros primos fue muy emocionante. No sé cómo describirlo”, agregó José.