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Adoquinado en Quito: ¡Las calles son de ‘papel’!
El Cabildo explicó que los materiales cumplen con la normativa; sin embargo, la lluvia y el tráfico agravan el problema. “Si hacen la obra, hagan bien”, suplican los moradores.
Si el pésimo estado del asfalto en Quito es un dolor de cabeza, el malestar por las calles adoquinadas no se queda atrás. Los usuarios dicen que “más se demoran en poner los adoquines que en dañarse”.
EXTRA recorrió algunos sectores de la capital para corroborar el estado de estas vías. En el barrio 8 de Noviembre, en el sur, dos choferes hablaban precisamente de los daños que ocasionan los enormes baches a sus vehículos.
“No hay repuesto que dure. Se afectan, sobre todo, los amortiguadores”, dijo Aníbal Carrillo, morador de la zona.
La calle Caranqui conecta con la avenida Mariscal Sucre y, de vez en cuando, es utilizada como desfogue hacia la Cima de la Libertad.
Los vecinos comentaron que no hay mucha carga vehicular y que, aun así, el readoquinado realizado hace pocos meses “ya no sirve”.
Fernando Cisneros agregó que en las épocas de lluvia es cuando más se dañan las calles. “Hace un par de años hasta se hizo un hueco y un carro se cayó”, comentó.
Las cuestas de Quito
Carolina Rodríguez, gerente de Obras Públicas, explicó que el adoquinamiento se realiza en calles empinadas para que el asfalto no se corra. “Colocamos bermas de concreto para que se sostengan los adoquines”, agregó.
Es por ello que la mayoría de molestias se generan en barrios como San Juan, en el centro de Quito.
En la calle Carchi sí hay afluencia de vehículos, demasiada para los moradores, pues por allí circulan varias líneas de buses, los camiones del gas y hasta algunas volquetas.
“Creo que no dejan bien puestos los adoquines”, dijo Rocío Puetate, moradora de San Juan. En la pendiente se puede ver cómo van quedando grietas, a pesar de las bermas de concreto colocadas.
En la calle Guatemala, un poco más hacia el norte, hicieron readoquinamiento. La situación es igual: piezas corridas hacia abajo, rotas o simplemente ya no están.
Jorge Torres, morador del sitio, cuenta que allí los accidentes son cotidianos. “Es mejor andar con cuidado porque al evitar los baches no ven a los que vienen por la intersección y se chocan”, agregó.
También ha habido personas atropelladas y algunos desencuentros entre conductores por evitar que sus vehículos se golpeen en la vía.
“Lo peor es que este panorama no es solo aquí, está en toda la ciudad. Lo raro sería que alguna no tenga problemas”, reclamó.
Responsabilidad compartida
La gerente de Obras Públicas explicó también que los trabajos de adoquinado no están todos bajo la responsabilidad de la entidad que dirige. “Son las Administraciones Zonales las encargadas, nosotros hacemos reparaciones”.
Además, aclaró que los materiales cumplen con todas las normativas y que los hundimientos se producen por fallas en la estructura de la vía. Otro factor es que el estudio previo al adoquinado no contempló el aumento del tráfico vehicular.
Mientras que los vecinos dicen que necesitan circular por “calles que no se rompan a la primera lluvia. Si hacen, hagan bien”.