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Por su seguridad y las de sus pasajeros, los conductores de buses prefieren evitar a personas sospechosas.ANGELO CHAMBA

Quito: Transportistas evitan a usuarios sospechosos para prevenir robos

Conductores de taxis y de buses de transporte público toman sus propias medidas de seguridad para no se presas de la delincuencia, la cual los acecha

El taxismo formal y las compañías de buses urbanos, en Quito, no tendrían que convivir con amenazas relacionadas con extorsiones bajo la modalidad conocida como ‘vacunas’, pero se han preparado para afrontarlas. Han tenido charlas y capacitaciones con la Policía Nacional y también han tomado sus propias medidas con la ayuda de la tecnología.

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Ángel Sisa, quien lleva 20 años en el taxismo, detalla que el gremio amarillo cuenta con un sistema de comunicación a través de radios de dos vías y que los choferes constantemente son monitoreados para saber que están bien y que no han sido víctimas de algún delito. Además, sostiene que en los vehículos nuevos se han instalado dispositivos de rastreo para reforzar la vigilancia.

El conductor asegura que las cooperativas, sin importar la denominación, han llegado a acuerdos para mejorar sus niveles de seguridad.

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Gustavo Molina se mantiene en contacto permanente, a través de una radio de dos vías.ANGELO CHAMBA

Quienes no corren con la misma suerte son los taxistas informales, porque en el sector céntrico de El Tejar algunos han sido intimidados para que entreguen una cuota semanal para poder trabajar. “Han llegado ‘vacunadores’ a decir que tienen que dar una cantidad de dinero. Ahora lo que han hecho es empezar a vender sus unidades. Afortunadamente, esto no ha pasado en el gremio amarillo”, sostiene Sisa.

Algunas unidades de transporte cuentan con cámaras de videovigilancia.

Miriam Asipuel, secretaria de la cooperativa de buses 21 de Julio, reitera que la tecnología es una gran aliada, pues para evitar el acercamiento de personas sospechosas tienen comunicación directa -a través de WhatsApp- con los policías del sector de sus oficinas. Esto los protege en las cercanías, mientras que para otras situaciones también tienen radios y han creado sus propias claves para transmitir en reserva a qué riesgo se enfrentan.

Por ahora, el mayor peligro que los acecha es la delincuencia común, incluso en lugares turísticos, como la Plaza Grande, en el Centro Histórico. Jhonny Bonilla, ayudante de un bus, sostiene que deben estar atentos a cualquier acción sospechosa, porque de eso depende la integridad de él, de sus compañeros y pasajeros.

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Ángel Sisa lleva 20 años en el taxismo y también toma sus propias precauciones.ANGELO CHAMBA

La azafata Diana Cruz comenta que una estrategia para precautelar la seguridad es evitar que suban personas que podrían ser delincuentes, pero esa acción a veces es tomada a mal por algunos usuarios.

Sin embargo, cuando ocurre lo contrario, acusan al personal de los buses de ser compinches de los pillos. Por eso, el conductor Gustavo Molina ha tomado la decisión de cerrar las puertas y no detenerse si, a su criterio, hay alguien sospechoso que busca subir. Menciona que prefiere arriesgar a perder un pasajero a que todos sean perjudicados a causa de un robo.

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La tarea de los ayudantes como Jhonny Bonilla permite saber al conductor si se detiene o no por un pasajero.ANGELO CHAMBA
"Por lo general estamos expuestos a asaltos (...). A cualquier hora y en cualquier sitio”.
Miriam Asipuel, secretaria
"Es un trabajo muy complicado, es duro. Siempre tenemos que estar pendientes”.
Diana Cruz, azafata


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