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La circulación comunitaria del virus en el lugar sería a causa del aumento de casos.René Fraga

Quito: ‘San Antonio del COVID-19’

En esta parroquia rural de Quito hay más de 5 mil casos. Pese a que la cifra oficial es de 711.

Las cifras oficiales se quedan cortas en San Antonio de Pichincha, una parroquia rural del norte de Quito. Aunque en el registro del Centro de Operaciones de Emergencia, que contempla el período entre el 29 de febrero de 2020 y el 1 de febrero de 2021, constan 711 personas contagiadas con coronavirus, la realidad es distinta.

Así lo confirma Mario Cevallos, presidente del Gobierno Parroquial. “Muy honestamente, llegamos a los cinco mil infectados y 300 muertos... Tuvimos que construir 200 nichos en el cementerio porque no teníamos dónde enterrarlos”, describe Cevallos, quien desde esta semana ha intensificado los esfuerzos para contener el avance del COVID-19. Esto, sobre todo, después de que el fin de semana pasado, 100 de 400 pruebas dieran positivo al virus.

“Durante todo este tiempo hemos realizado 1.500 test. También nos mantenemos en campañas informativas y aún así continúa la irresponsabilidad”, añade.

Desde que se inició la pandemia se desinfectó toda la parroquia con hidrolavadoras, se aplicaron pruebas gratuitas y se distribuyó alcohol y mascarillas. Sin embargo, nada ha evitado la propagación del virus.

Existen tres puntos, según Cevallos, en los que se dan las aglomeraciones, el bulevar de la avenida Equinoccial, la calle 13 de Junio y el mercado, en el que cada domingo se realiza una feria libre. Las más de 10 canchas de vóley clandestinas también son un problema.

Comportamiento del virus

Para Rodrigo Henríquez, investigador en Epidemiología y Salud Pública de la UDLA, una de las razones que explicaría el aumento de casos es la mayor circulación del virus entre la comunidad.

“Si estamos hablando de una persona contagiada, otros miembros de su familia también podrían estarlo”, dice. Es por eso que considera necesario un aislamiento focalizado, de al menos 10 días, si no hay síntomas. Se prevé que este repunte de casos continuará por los próximos meses, especialmente por el lento proceso de vacunación en el país.

“La desinfección de calles y los túneles de desinfección no funcionan, es un desperdicio de recursos”, resalta.