En Carcelén, un sector del norte de la capital ecuatoriana, sucedió un hecho que parece sacado de un relato bíblico. Como Caín y Abel, los hermanos del libro de Génesis, un hombre habría acabado con la vida de su propio ñaño, pero esta vez el arma homicida no fue la quijada de un burro, sino un puñal, el cual atravesó el tórax de la víctima, durante una noche de tragos.

Caín mató a su hermano Abel por envidia de que solo él fuera enaltecido por Dios. Pero en el caso ocurrido en Carcelén, Nelson Cañar supuestamente asesinó a Wilson "por estar hecho el bueno”, según detalló una testigo –prima de ambos– a la Policía.

El crimen sucedió la tarde del domingo 26 de diciembre. Uniformados de la zona fueron alertados por moradores de que desde una casa, ubicada en la calle Leonardo Freire, se escuchaban gritos. Luego los agentes vieron que afuera de la vivienda había una multitud desesperada intentando detener un taxi.

Cerca de ellos estaba el cuerpo agonizante de Wilson. Mientras tanto Andrea Cañar, quien se identificó como prima de la víctima, se acercó al oficial y le rogó que los ayudara a llevar a su pariente a un hospital. Dijo que la ambulancia no llegaba.

Los agentes llamaron a una casa de salud cercana, pero no recibieron respuesta. En ese momento, según el informe policial, unas 10 personas abrieron la puerta trasera del patrullero sin autorización y metieron al herido.

Los gendarmes no habrían reaccionado para evitar represalias “de la gente enardecida”. Al llegar al Hospital San Francisco, los galenos no pudieron hacer nada. La doctora de turno indicó que Wilson, de 42 años, murió desangrado.

Riña entre ñaños

En la Biblia reza: “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”...

Parece que Nelson decidió ir por el ‘camino del mal’. Agentes de la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) indagaron a los moradores y ellos les dijeron que en aquel domicilio habían estado bebiendo desde horas de la mañana. Cerca de las 14:00 se habría formado una riña entre los hermanos Cañar, en el tercer piso.

Los policías subieron hasta ese lugar y vieron que las gradas estaban llenas de sangre. Hablaron con la prima de la víctima, quien les relató que Wilson había insultado y le había visto mal a su hermano Nelson y este lo agredió a golpes por varios segundos. Luego habría cogido un cuchillo de la cocina para atacarlo.

La mujer les dio las características del presunto autor del crimen y de otros hermanos, quienes habrían sido cómplices. Vecinos que prefirieron no identificarse comentaron que en otras ocasiones se han golpeado entre ellos.

Agentes de la Policía Judicial hicieron un operativo por la zona y capturaron a Nelson, quien tenía manchas de sangre en sus prendas. En el mismo domicilio se escondían otros dos ñaños, Luis y Milton, quienes también fueron aprehendidos y llevados a la Unidad de Flagrancia para que siga el proceso judicial.

Estos dos, supuestamente, intentaron limpiar las gradas llenas de sangre para que no quedara evidencia del crimen.

Mientras tanto, la justicia del evangelio dice: “Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano”.