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Quito: ¡Manifestantes le pegaron una ‘lavadita’ a los parques!
En Quito, trabajadores municipales y algunos manifestantes participaron de una minga en El Ejido y El Arbolito, escenarios de las movilizaciones.
El parque de El Ejido, en el centro-norte de Quito, quedó sin tarrinas sucias ni vasos plásticos regados en el césped, ayer por la mañana.
El sitio, ubicado en la avenida Tarqui, hoy ostenta su mejor ‘cara’, luego de ser uno de los escenarios de las violentas manifestaciones y quedar casi, casi, como un botadero de basura y escombros.
Soldados azules (trabajadores de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo de Quito) participaron en la tarea, pero no solo ellos, algunos manifestantes también se sumaron a la minga.
Lo mismo ocurrió en el parque de El Arbolito, ubicado en la misma vía. Aunque en el sitio aún había manifestantes, los desperdicios fueron mermados significativamente.
En varias zonas de estos espacios públicos se acumularon los residuos en bolsas amarillas. Luego los camiones de Emaseo retiraron los paquetes y dejaron bastante presentable el área. “Esperemos que no vuelvan a dejar todo sucio”, dijo uno de los soldados azules que no quiso identificarse.
Para él, la tarea fue bastante ardua, sobre todo porque los trabajadores se han turnado para cumplir con las mingas las 24 horas del día.
Con escobas, palas e hidrolavadoras manuales, los empleados municipales dejaron limpios ambos puntos. También lo hicieron en las avenidas Patria y 12 de Octubre.
Aunque hasta el momento no se han contabilizado las toneladas de desperdicios que dejó la última jornada de recolección, en días anteriores se contabilizaron más de dos mil en solo 24 horas.
No todos ensucian
Jerónimo Taxilema, oriundo de Bolívar, aclara que no todos los manifestantes ensuciaron los espacios públicos. A algunos los líderes de sus comunidades les dieron instrucciones claras al llegar a la capital: mantener el orden y ser pacíficos.
“Siempre dicen que nosotros somos sucios. Hay de todo y los justos pagamos por los pecadores”, describe el hombre, quien trató de que los suyos no contribuyeran a convertir El Arbolito en un botadero.