Un miembro activo de la Policía Nacional descargó dos tiros con su arma de dotación, en contra de un transeúnte, y no lo reportó a sus superiores, pese a que alegó que había sido amedrentado y que presuntamente actuó en defensa propia.

Estos detalles se revelan en el acta de la audiencia de formulación de cargos realizada en contra del agente, entre la noche del viernes 26 de julio de 2024 y madrugada del siguiente día, sábado 27 de julio, en la Unidad Judicial de La Mariscal, en el centro norte de Quito. 

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El gendarme, identificado como Byron Elizondo, oriundo de Babahoyo, provincia de Los Ríos, fue procesado por el delito de homicidio y recibió orden de prisión preventiva.

La jueza a cargo de la diligencia no creyó en la versión que el miembro policial le dio: que la madrugada del viernes, cerca de la 01:00, había salido en búsqueda de comida al sector de la avenida América y calle Asunción, en el centro capitalino, y que ahí fue interceptado por dos individuos, uno de ellos a quien disparó.

La magistrada sostuvo que “eso no es así, son hechos inconcordantes. No dio a conocer al ECU 911 de lo que hubo en su contra. Los testimonios de los testigos no tienen coincidencia”.

En la zona donde ocurrió el hecho violento hay preocupación. Dos lugareños, bajo reserva, aseguraron que no sería la primera vez que se registran disparos en su barriada y que esto se debería a la venta de alcohol que hay durante toda la noche, incluso, en sitios no autorizados para el expendio. Los residentes descartaron que en las madrugadas alguien venda comida.

El agente fue detenido durante la mañana del viernes, horas después del suceso que no había reportado. En el acta de la audiencia consta que una jefa policial se dirigió a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de la Basílica del Voto Nacional, en el Centro Histórico, donde otro oficial elaboraba el informe del crimen. En el mismo lugar estaba el sospechoso, quien se encontraba “con actitud nerviosa”. En ese momento, contó su versión de los hechos.

En las versiones tomadas por los investigadores a testigos, constan las de una pareja que estaba libando en los exteriores de un hotel. Ellos mencionaron que el agente -no habrían sabido que era policía- llegó a bordo de una motocicleta y armado.

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Se les habría acercado para libar con ellos y la mujer se habría retirado, quedando en el sitio el cónyuge, de nacionalidad colombiana. Sin embargo, tras notar el arma habría querido entrar al hotel, pero el policía lo habría interceptado para pedirle dinero, pero se lo negó. En ese momento, se habría acercado otro individuo, con quien habrían empezado a discutir. El extranjero se alejó y escuchó disparos. Al volver, vio a la víctima y el sujeto armado, con su moto, ya no estaba.

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