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La ‘pipol’ se quedó sin procesión
El tradicional recorrido de la imagen de Jesús del Gran poder se hizo a puerta cerrada en el convento de San Francisco en Quito.
La imagen de Jesús del Gran Poder no recorrió las calles de Quito por segundo año consecutivo. La prohibición de aglomeraciones por culpa de la pandemia hizo que cucuruchos, verónicas y miles de fieles no pudieran reunirse en el Centro Histórico para la tradicional procesión durante la Semana Santa.
En su lugar, adentro del convento de San Francisco se representaron las 12 estaciones del viacrucis que hizo Cristo en la tradición católica. Estudiantes del colegio San Andrés, en cambio, se vistieron de los personajes que acompañan al Todopoderoso el Viernes Santo.
Religiosos y otras personas hicieron el recorrido hasta antes del mediodía. Muy pocos fueron los afortunados en presenciar esta miniprocesión.
La devoción
Afuera, en cambio, se vivió un panorama muy distinto. Hubo feligreses que llegaron a las puertas del templo de San Francisco pese a que estuvo cerrado para el público.
Uno de ellos era Álex Morocho, quien ha sido devoto de Jesús del Gran Poder por más de 15 años. Y esa fe ha hecho que siempre se vista de cucurucho en cada procesión.
“Me siento triste por no realizar esta peregrinación y penitencia por nuestro amado padre Jesús”, expresó el fiel, quien llegó desde Chillogallo, sur de Quito, para dedicar unas oraciones al Salvador.
Las ventas
Cerca de la iglesia en donde estaba parado Morocho, los comerciantes de imágenes religiosas decidieron montar sus puestos pese al impedimento de realizar la procesión.
“Si no salgo a vender, simplemente no comemos en mi casa”, lamentó César Bonilla, un vendedor de estampitas, rosarios, velas... que se paró en la calle García Moreno con la esperanza de conseguir algo de dinero en un Viernes Santo atípico.