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Quito: El drama que vivieron los familiares de los asesinados en Atucucho
Una de las víctimas era músico y el otro albañil. Sus parientes no saben por qué los mataron. Aseguran que no tenían problemas con nadie
Jorge Luis Carrascal salió a ‘peluquearse’ para ir a un evento de Pawkar Raymi, una fiesta indígena colorida en la que se exhiben los productos que da la tierra, en Atucucho, en el norte de la capital.
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Eran las 20:30 del sábado 13 de enero. El artista de música folclórica bajaba por la calle Antonio Cabezas y se encontró con un par de amigos en un billar de la zona. Ingresó al establecimiento y cinco minutos después empezó la lluvia de balas.
Así lo contó su tía la mañana del 14 de enero, mientras esperaba que le realicen la autopsia al cadáver de Carrascal, quien recibió cuatro disparos en la espalda.
Los médicos que atendieron al músico, de 35 años, le dijeron a su tía que la bala que lo mató fue una que le llegó cerca de la columna y provocó que se desangrara por dentro.
Como locos
El coronel Germán León, subcomandante de Policía de la capital, explicó que seis sujetos en tres motocicletas llegaron al billar y atacaron a todos los presentes. “Los verdugos dispararon a mansalva”.
Producto del atentado, Jorge Luis Carrascal y Juan Carlos Méndez, de 33 años, fallecieron. Este último murió en el acto. Era albañil y tenía tres hijas. Sus parientes no saben la razón por la que lo asesinaron e indicaron que le gustaba jugar billar con sus vecinos los fines de semana.
Además, hubo otros cuatro individuos heridos quienes fueron llevados al hospital Pablo Arturo Suárez para que sean atendidos.
Uno de ellos fue derivado al Eugenio Espejo porque tenía un disparo en el brazo izquierdo que le habría comprometido una arteria y tenía que ser atendido en un quirófano especial. Ninguna de las víctimas registra antecedentes penales.
Según las primeras indagaciones, el hecho violento respondería a un ajuste de cuentas.
Víctima colateral
Mientras los verdugos huían del lugar fueron disparando a diestra y siniestra para que los habitantes no grabaran lo ocurrido ni les siguieran la pista.
Dos de esas balas impactaron en la rodilla de un niño, de 9 años, quien jugaba con otros infantes del sector. El menor está en condición estable y se recupera en una casa de salud del centro de la capital.
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