Para quienes habitan en los alrededores de la quebrada La Pulida Grande, en el norte de Quito, su desbordamiento, a causa de la acumulación de agua por las fuertes lluvias, fue una desgracia con algo de suerte, porque a pesar del gran caudal que arrastró palos, piedras e inundó viviendas, no hubo heridos ni fallecidos.

En total, una docena de casas afectadas y cerca de cuarenta personas quedaron temporalmente en la calle, porque hasta el cierre de esta nota periodística seguían sacando agua y lodo de sus inmuebles, pero también todos sus enseres, para no perder lo poco que pudieron salvar.

Los sectores más golpeados por este desastre fueron el barrio La Pulida, en la parte alta de la avenida Mariscal Sucre, cerca de la Manuel Zabala, y en el sector San Carlos, a pocos metros de la intersección de las calles Riobamba y Luis Robalino.

A María Leinez, una de las perjudicadas en La Pulida, se le dañaron algunos electrodomésticos en un local comercial y en un apartamento que fue cubierto casi en su totalidad por el agua, poco después de la 01:00 del domingo 23 de abril de 2023, cuando los lugareños fueron sorprendidos por el aluvión.

Otras cinco casas aledañas terminaron con daños y en horas de la mañana sus residentes, con la ayuda de vecinos y personal de las entidades de emergencia, del Cuerpo de Bomberos y de la Municipalidad, trabajaban en la limpieza y recuperación de objetos.

Silvia Pintado, otra damnificada, lloraba al ver cómo había quedado su casa, pero sacaba fuerzas para seguir retirando lo que, al parecer, estaba en buen estado. Ella, al igual que los otros residentes perjudicados, aún no podía cuantificar el perjuicio.

Marcos Jara, del Comité de Seguridad y Riesgos del sector San Carlos, explicó que en su sector hubo seis domicilios afectados. Según él, el personal a cargo de controlar este tipo de percances no habría hecho una labor adecuada.

A él se sumó una lugareña, quien bajo reserva de su identidad mostró publicaciones de WhatsApp en las que se trataba del problema de la quebrada y de las advertencias que en marzo ya se habían hecho acerca de una acumulación de arena en el lugar. La residente mencionó que de esta situación se había avisado.

Gabriela Yangüez, a cargo de la administración zonal Eugenio Espejo, en un diálogo con EXTRA mencionó que la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) daría una vocería al respecto.

Previamente, a través de los canales de comunicación del Municipio, ella informó que hace una semana se habían hecho las labores de mantenimiento en la quebrada y atribuyó a esa acción que lo ocurrido no tuviera resultados fatales.

Explicaron que también se advirtió a la ciudadanía que debía tener cuidado y no lanzar objetos que obstruyan la libre circulación del agua por los colectores. No obstante, al realizar labores de limpieza para la evacuación del agua, encontraron una llanta de camión en un sumidero.

Juan Andrango, mayor del Cuerpo de Bomberos, sostuvo que además no se deben obstruir “los lugares destinados a la recolección de agua (...) Eso produce aluviones”. Su recomendación “es que tengan limpias las vertientes naturales, los ductos, las alcantarillas...”.