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Coronavirus: Quito cava su propia tumba
La capacidad del sistema de salud no soporta la demanda de pacientes. Si la ciudad sigue relajándose ante el virus podrían haber picos explosivos
El sepulturero Fausto Ruiz siente que el coronavirus ronda peligrosamente como un alma en pena por el cementerio de San Diego, en el centro de la capital. El hombre lleva 24 años enterrando cadáveres y reconoce que es la primera vez que tiene miedo de caminar por el lugar.
Esto en vista de que los muertos en Pichincha por COVID-19 siguen en aumento. Hasta la mañana de ayer sumaron 657, lo que representa una tasa de letalidad del 6,5 %. Este indicador se refiere al número de fallecidos con relación al total de los contagios. A escala mundial es del 3 %.
Ruiz contó que existe un sector exclusivo en el cementerio para inhumar cuerpos de personas que murieron por el virus. La zona tiene capacidad para 900 cadáveres y ya se han llenado 150 espacios.
Entre inhumaciones y cremaciones, San Diego recibe hasta 8 cuerpos diariamente. Esta realidad mantiene preocupado al sepulturero porque durante los cinco meses que ha durado la pandemia en el país, él ha enterrado a miembros de su familia y a vecinos.
Se multiplican las tumbas
El sepulturero Ruiz, de 45 años, señaló que conforme van llegando los muertos al cementerio se ubican las piedras en las fosas previamente excavadas. En los primeros meses de la propagación del virus solían hacer uno a dos huecos cada tres días. Pero desde junio, cuando se cambió el semáforo a amarillo para relajar el confinamiento en la capital, las excavaciones se volvieron más frecuentes.
Esto se puede corroborar con el crecimiento de actas de defunción que tiene el Registro Civil. Desde el 1 hasta el 22 de junio de este año, la entidad emitió 1.128 documentos de este tipo.
En el mismo período, pero en julio, se registraron 1.743 actas. Es decir, hubo un incremento de 615 muertos, no solo por COVID-19.
Por otra parte, según el Municipio de Quito, desde el 4 de abril de 2020 hasta el 23 de julio se han levantado 187 muertos con coronavirus o presunción del mismo. Entre estos, 14 fueron recogidos de las casas de salud.
Dramas humanos
El cadáver de la abuela de Ángel Auncancela forma parte de esa lista. La mujer ingresó con un estado de salud deteriorado a las 13:00 del pasado miércoles al hospital Enrique Garcés, en el sur. Una hora después, los médicos del lugar llamaron a su nieto para indicarle que la adulta mayor había fallecido.
Auncancela contó que el día que se puso grave su familiar llamaron por varias ocasiones al 171, pero no obtuvieron respuesta. Además, al contactarse con el ECU 911 les dijeron que no habían ambulancias disponibles en la ciudad. “Si nos hubieran atendido a tiempo, mi abuelita seguiría viva”, comentó.
El epidemiólogo Daniel Simancas explicó que este tipo de casos suceden porque la capacidad del sistema de salud no soporta la demanda de los pacientes y, por ende, la tasa de mortalidad incrementa considerablemente.
El aumento de las defunciones de año a año que tiene el Registro Civil corrobora esta situación que atraviesa la capital. Desde marzo a julio de 2019, la entidad emitió 5.304 actas en Pichincha, mientras que en el mismo lapso de este año se realizaron 7.592. Esto significa que hubo un incremento de 2.288 fallecidos.
Estos incluyen decesos por coronavirus y otras causas. Según el Ministerio de Salud, el exceso de mortalidad en 2020 subió en un 40 % en comparación a 2018 y 2019.
El virus se ‘alocó’
La capital se convirtió en el nuevo epicentro de la enfermedad con 12.157 contagios registrados hasta ayer, superando así a Guayaquil, que tuvo 11.801 infectados y fue la ciudad más atacada por el virus durante los dos primeros meses de la pandemia.
Ante esto, Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha (CMP), señaló que la causa principal del aumento de casos se debe al debilitamiento de la fase de contención de la propagación del COVID-19. El relajamiento de las medidas de bioseguridad por parte de los ciudadanos y la mala comunicación con las autoridades.
Aunque el médico considera que no se podría repetir un escenario similar al de Guayaquil, cree que la expansión de la pandemia en la capital puede darse hasta finales de septiembre con la presencia de picos explosivos de contagios. Álvarez señala que la mejor decisión es masificar las pruebas de detección para que con los resultados se pueda diagnosticar la realidad.
Por otra parte, siete alcaldes de Pichincha solicitaron que se endurezcan las restricciones de movilidad en la provincia para evitar la propagación del coronavirus. Todos coinciden en que se realice el toque de queda más temprano.
La capital podría repetir el colapso de Guayaquil
El médico internista guayaquileño, Iván Barreto, coordinador del grupo de galenos que llegaron desde su ciudad para colaborar en primera línea con los profesionales de la capital, se mostró preocupado por la situación que atraviesa Quito.
Considera que podría repetirse un escenario similar y quizás peor al de Guayaquil.
Una de las razones, según el experto, es que los capitalinos acuden directamente a los centros hospitalarios que son de segundo y tercer nivel de atención.
Lo ideal sería que vayan a los dispensarios médicos de cada barrio para así no saturar el sistema sanitario.
Víctor Álvarez. Presidente del Colegio de Médicos de Pichincha
“En Guayaquil las autoridades ayudaron bastante con la implementación de las brigadas comunitarias”.
En la capital se instalaron desde hace dos días este tipo de lugares, pero para Barreto fue una decisión tardía. Para él se debió tomar esta medida cuando se cambió el color de semáforo.
Una de las brigadas está en un colegio de Quitumbe, al sur de la ciudad, y solo en el primer día atendieron a más de 400 personas. Asimismo, en la zona instalada en el norte, en Calderón, se atendieron casi a 500 ciudadanos.
Largas filas
La mañana de ayer, decenas de pacientes hicieron una larga fila para ser atendidos en ambos lugares.
Orlando Guerrero acudió a la brigada desde los Dos Puentes, porque empezó a sentir molestias al respirar y tenía fiebre.
El hombre dijo que quería hacerse la prueba para detectar el virus. Sin embargo, desde la Secretaría de Salud del Municipio se indicó que estos sitios no son lugares para la toma de muestras, sino para evaluar la situación de barrios y así focalizar los cercos epidemiológicos.