'Volvamos al Cole'. Así denominó el Ministerio de Educación al retorno voluntario a clases en los cantones que salieron del semáforo en rojo como Quito y fueron ubicados en semáforo amarillo. El objetivo es garantizar la formación de los estudiantes, según esa cartera de Estado. 

A diferencia de los incidentes ocurridos con un colegio de Guayaquil a donde había acudido la ministra María Brown para un acto del retorno voluntario, en la capital no hubo complicaciones.

En el Instituto Nacional Mejía de Quito, que se acogió al retorno voluntario, los escolares llegaron emocionados. Al ingreso un profesional de la salud les tomó la temperatura y sus manos fueron desinfectadas. Todos portaban sus mascarillas. Unos tenían las protecciones con el distintivo de su colegio y otros usaban mascarillas blancas o negras. Al sitio acudió el viceministro de Educación, Andrés Chiriboga, quien recorrió las instalaciones. El Ministerio de Educación ofreció velar para que su proceso de enseñanza-aprendizaje sea integral.

El funcionario indicó que en el país regresarían desde este lunes más de un millón de estudiantes de los 4.3 millones que están en el sistema de Educación. El porcentaje varía de acuerdo a la capacidad real que tiene el colegio para recibirlos, indicó Chiriboga. Puntualizó que debe haber 2.25 metros de distancia entre los estudiantes en las aulas.

Recordó que el retorno es absolutamente voluntario y son las familias las que deben decidir si envían o no a los hijos a las clases presenciales porque el regreso no es obligatorio sino voluntario.

Lesly Perugachi, presidenta Consejo Estudiantil del Instituto Mejía, evidenció que en las clases virtuales el aprendizaje fue muy escaso porque la mayoría de los estudiantes no tenían los recursos necesarios para seguir con esa instrucción educativa. Por eso, para ella, las clases presenciales son muy importantes para aprender mejor y socializar entre todos.

La representante educativa citó a la ansiedad y depresión, como parte de los problemas que afrontaron los estudiantes adolescentes como consecuencia de la ausencia de los estudiantes de las aulas.

Este sábado 22 de enero el COE nacional resolvió que desde este lunes los establecimientos educativos que estaban ubicados en semáforo amarillo podrían volver a clases presenciales con varias indicaciones como 2.25 metros de distancia y que sea absolutamente voluntario. 

Quito y Guayaquil fueron dos de los cantones que salieron del semáforo en rojo en el que fueron colocados durante la tercera semana epidemiológica en la que se esperaba el pico más alto de los contagios. Ambas ciudades son parte de los 179 cantones ubicados en color amarillo.

Por eso se reunió este lunes el COE Metropolitano para analizar nuevas medidas a raíz de las nuevas disposiciones del COE nacional.